Miguel Montes Neiro, el que fue el preso más antiguo de España, fue detenido de nuevo hace una semana acusado de ser cómplice de un robo cometido en la joyería de un centro comercial en Marbella en noviembre de 2012. El expreso ha comentado en esRadio las causas de su detención y ha defendido su inocencia.
Miguel ha explicado que no es "cómplice de nadie" y que "nadie" habló con él "de un robo" como le acusa la Policía. Ha contado que los policías le decían "que había estado en varias reuniones con los ladrones que robaron las joyas".
Ha indicado que no se ha "metido en ningún lado" y que no ha "hecho nada". En ese sentido se ha escudado diciendo que: "¿Una persona que hace un robo de estas dimensiones crees que va a recurrir a mí para guardar las joyas?". No ha dudado en señalar que "la policía me detuvo injustamente" y que "le están haciendo un daño tremendo" a su familia.
Sin embargo ha admitido que conoce "a dos personas de las once que fueron detenidas" y uno de ellos es "un buen amigo". Miguel ha contado que después de tanto tiempo en la cárcel la mayoría de sus amigos "son expresidiarios". Pero ha añadido que lo que él hace es "ayudar a gente con problemas, a los presos" a través de una asociación que tiene con su nuevo abogado.
Miguel ha subrayado que "no ayuda a nadie a delinquir" y que "si hubiera hecho algo malo estaría avergonzado" de sí mismo. Ya que, como ha confesado: "todo el que me conoce sabe mi firme decisión de no volver a delinquir" y que "si un amigo me pide una ayuda y significan problemas no es un amigo".
Montes Neiro ha comentado el trato recibido por la policía. "Todavía me duelen los riñones del trato que me dieron" cuando le detuvieron, ha afirmado. Sin embargo ha reconocido que "en el calabozo fueron excelentes personas".