Algunos de los ayuntamientos gobernados por Bildu, como los de los municipios guipuzcoanos de Soraluce o el de Escoriaza, han llegado a camuflar la bandera española colocando hasta una treintena de enseñas de diversas nacionalidades correspondientes a los países de origen de los ciudadanos del municipio. Según informa El Mundo, aseguran que "los habitantes de otros países también tienen derecho".
Los ayuntamientos de Bildu están ideando todo tipo de tretas y argucias que les permitan ocultar la bandera española y salvar la legalidad al mismo tiempo. El de Lizarza, en Guipúzcoa, abrió la veda en 2011 al colocar una bandera muy pequeña en una ventana lateral próxima al techo junto a la bandera vasca y la enseña local. Ahora, la coalición proetarra ha dado con otra fórmula: coloca en la fachada de la Casa Consistorial la enseña española, de escaso tamaño, junto a las banderas de países que representan las diferentes nacionalidades que conviven en el municipio.
Con esta calculada postura, Bildu busca esquivar la Ley 39/1981 que regula el uso de banderas y que no recoge nada acerca de las dimensiones que debe tener la enseña nacional –sólo establece que las restantes banderas no podrán tener mayor tamaño-. Incluso, los ayuntamientos regidos por la coalición proetarra intentan colocar la rojigualda en la posición central de todos los banderines para cumplir la ley.
En todo caso, esta actuación incumple el artículo 6.1, que establece que "la bandera de España ocupará siempre lugar destacado, visible y de honor", y el 6.2, que determina que deberá ir en un "lugar preeminente y de máximo honor" si se utilizan otras enseñas.