Una empresa de seguridad efectuó este miércoles un "barrido" en el restaurante La Camarga de Barcelona y no encontró ningún micrófono o dispositivo oculto, según ha explicado a Efe el director del local, David Vidal, que ha indicado que el presunto caso de espionaje está causando mucho daño a su negocio.
Vidal ha lamentado que, desde que se destapó la supuesta grabación de una conversación en su restaurante entre la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, Maria Victoria Álvarez, en la que ésta le expuso que el hijo del expresidente catalán llevaba grandes cantidades de dinero a Andorra, "hemos tenido anulaciones de reservas".
También ha lamentado que su restaurante, que lleva más de 17 años abierto en la calle Aribau de Barcelona, se haya visto envuelto en todo este caso, y ha explicado que, tras ver en los periódicos que el presunto micrófono había estado instalado durante semanas en un florero del local, encargaron ayer a la empresa de seguridad VSS hacer un "barrido" (búsqueda de dispositivos electrónicos) "y no encontraron nada de nada".
"Nosotros somos restauradores, nos dedicamos a atender a nuestros clientes y todo esto nos está haciendo mucho daño, está afectando a nuestra clientela y al negocio, hemos tenido varias anulaciones", se ha quejado el director del restaurante.
Vidal ha reconocido que entre su clientela figuran políticos, pero también "empresarios, familias, grupos de amigos, clientes de toda la vida", y ha resaltado que disponen de un excelente chef, Luis Balandrón.
Barrido en el restaurante del espionaje
El dueño de La Camarga, el restaurante donde supuestamente se hicieron escuchas, ha encargado un barrido para encontrar el micrófono.
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