Los militares españoles desplegados en Afganistán continúan con sus labores de limpieza de talibanes en sus áreas de control. Ésta vez el objetivo fue un reducto insurgente en Chacablé, una localidad situada en las proximidades de Moqur –al norte de la provincia de Badghis–, donde las tropas españolas tienen un puesto avanzado de combate.
El objetivo de esta operación, denominada Grey Beret, volvió a ser doble, ya que además de intentar acabar con los últimos reductos talibanes en la zona, también sirven para comprobar los niveles de operatividad que van alcanzando los miembros del Ejército afgano que son entrenados por instructores españoles, y a los que en próximos meses les serán transferidas las competencias de seguridad en la provincia.
Los mandos españoles enviaron a la zona una compañía que actuó como 2º escalón de un batallón del Ejército afgano, así como una segunda compañía helitransportada que estableció el cordón exterior para aislar la zona que iba a ser atacada por el resto de las tropas desplegadas en la misión.
Además, también se aportaron otros medios aéreos y terrestres, como helicópteros de transporte Chinook, helicópteros de evacuación médica, un avión no tripulado Searcher, diversos elementos de zapadores con capacidad de detección y desactivación de minas, equipos de control aerotáctico para apoyo aéreo y el sistema de mortero embarcado Cardom de 81, que fue utilizado para repeler el contraataque talibán.
La operación, que se saldó con varios insurgentes detenidos y la confiscación de diverso armamento y uniformes del Ejército afgano, contó con el apoyo de helicópteros de combate Mangusta, que forman parte del contingente que tiene desplegado el Ejército italiano en la provincia.