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Rubalcaba pide a Rajoy en el Congreso "que lo deje, que renuncie"

El presidente no piensa dimitir. "El Gobierno está sentando las bases" de la recuperación, le contestó a Rubalcaba, que le instó a "que renuncie". 

Un buen aperitivo de lo que será la próxima semana el debate del estado de la Nación. En eso se convirtió una sesión de control donde la estrategia de la oposición fue pedir dimisión tras dimisión. La primera, por primera vez en sede parlamentaria, corrió a cargo del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien pidió formalmente a Mariano Rajoy "que renuncie, que lo deje" por ser incapaz, a su juicio, de hacer frente a la "crisis política" que sufre España y por haber añadido a ella "una crisis política" y de "corrupción de su partido". Una reclamación que se produce sólo un año y dos meses después de que el PP accediera al poder.

Rubalcaba ya había solicitado la dimisión del jefe del Ejecutivo hace una semana, en una declaración inesperada en la calle Ferraz, y desde entonces las palabras de los dirigentes socialistas apuntaban a que el PSOE reculaba tras una petición precipitada y excesiva. No es así. La estrategia del líder socialista ha sido esperar hasta utilizar la solemnidad del Congreso de los Diputados para pedirle al presidente que se marche: "Le pido que renuncie, que lo deje", le emplazó por dos veces mientras el estruendo se apoderaba en la bancada del grupo popular.

Rubalcaba lo argumentó en que "cuando un presidente del Gobierno no está en condiciones de explicar cómo se ha financiado su partido en veinte años, la crisis politica está servida". Calificó de "insostenible" la situación generada por el presidente del Gobierno y del PP a quien le echó en cara que "no tiene autonomía política" y que por ello, "Su reacción ha sido no hacer nada porque no puede hacer nada. Negar, acusar a todo el mundo y no hacer nada". 

Rubalcaba puso la puntilla en que Rajoy "no está en condiciones de abordar la crisis política, está lastrado por los recortes sociales y por la falta de reacción", continuó, sacando a relucir "las cuentas en Suiza" del extesorerio, Luis Bárcenas, o "los presuntos manejos irregulares" en el seno del PP.

Rajoy no piensa dimitir

El presidente del Gobierno dio un paso más en su impulso de regeneración democrática en un momento en el que el sistema parece tambalearse. "Voy a promover que los criterios de la ley de transparencia se apliquen a los partidos políticos", anunció en el Congreso de los Diputados, contrarrestando el efecto que pudiera tener la petición de dimisión del líder de la oposición.

Esta medida se suma a la batería de iniciativas que Rajoy está emprendiendo desde que estallara el caso Bárcenas. Primero, anunció una auditoría interna y externa de las cuentas del PP que ya están en marcha. Después, presentó su declaración de la renta en la página web de la Moncloa. Y, ahora, amplía los cometidos de la futura ley de transparencia.

Una norma "pionera", se encargó de remachar a Rosa Díez, la primera que durante la sesión de control le echó en cara el problema de corrupción que azota a España. "Nunca he negado que la corrupción sea un grave problema; cosa distinta es que no me parezca responsable extender de forma generalizada el manto de la sospecha sobre toda la clase política de la que formamos parte todos los que estamos aquí", replicó el presidente a la líder de UPyD.

Tras escuchar la exigencia de que se marche por parte de Rubalcaba, el jefe del gabinete le instó a que siga su ejemplo. Cuando lo haga, insistió, "a lo mejor tiene autoridad moral para decir algo, mientras no lo haga, no la tiene".

"¡Tiene usted tantos problemas en su grupo que le obliga a hacer estos papelones!", le espetó en un primer compás al dirigente socialista. Rajoy asegura estar tranquilo y con ganas de seguir al frente del país: "Hay un Gobierno mayoritario que se está enfrentando a la mayor crisis económica y está tomando decisiones muy importantes. Que está haciendo reformas y sentando las bases" para la recuperación, incidió.

En paralelo, el Partido Popular emitió un comunicado a primera hora de la mañana -7:50 del miércoles- en el que explica que Bárcenas fue indemnizado con pagos mensuales hasta diciembre de 2012, habida cuenta de que en 2010 el propio Rajoy se negó a readmitir al extesorero como trabajador de la casa.

Bronca sesión de control

No fue la única petición de dimisión que se escuchó en la cámara. Desde la Izquierda Plural mostraron cuál será la carta con la jueguen la semana que viene en el debate más importante del año. El representante catalán de ICV, Joan Coscubiela, defendió que "en España tenemos un presidente del Gobierno bajo sospecha. La ciudadanía espera de ustedes que el presidente dimita, que se convoquen elecciones... ¡Pero no unas elecciones cualquiera, sino un proceso constituyente! ¡Eso es lo que necesita este país!", invocó a Soraya Sáenz de Santamaría.

La vicepresidenta del Gobierno hizo caso omiso de sus reclamaciones al afirmar que "lo único que le he oído es un populismo exacerbado", que "democracia no es demagogia" y que, según parece, "cuando usted habla de la calidad de la democracia, creo que a usted lo único que le importa es la cantidad de los votos que perdieron por su gestión en el tripartito". Misma firmeza utilizó con Soraya Rodríguez, enrocada una semana más en la confrontación política. 

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