El pasado 11 de enero falleció en Afganistán el sargento del Ejército de Tierra David Fernández Ureña. Se trataba de la baja número cien que han sufrido las Fuerzas Armadas españolas desde el comienzo de la misión, de los que aproximadamente una quincena se han producido en condiciones de combate.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, informó este jueves, durante su comparecencia en la comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, de que el artefacto explosivo improvisado (IED, por sus siglas en inglés) que causó su muerte había sido manipulado para tener dos activadores y estaba cargado con 35 kilos de explosivos.
Según confirmaron a Libertad Digital fuentes militares, éste sería el primer artefacto con doble activador al que se han tenido que enfrentar los desactivadores españoles en el país asiático, pues los 1.400 IEDs neutralizados durante los más de diez años de misión tenían un único activador.
El ministro explicó que, sobre las 10.00 horas del 11 de enero, el puesto de mando español recibió una comunicación de una patrulla del Ejército afgano en la que se informaba de que estaban siendo atacados por los talibanes y solicitaban refuerzos para poder contraatacar.
A las 11.02 horas, salió desde el puesto avanzado de combate de Moqur una patrulla española compuesta por una Sección de Infantería, un equipo de desactivación de explosivos y una célula de estabilización sanitaria. En el camino, se detectó la presencia de un artefacto explosivo improvisado.
Las tropas españolas acordonaron la zona y el equipo de desactivación, comandado por sargento Fernández Ureña, comenzaron las tareas específicas para la neutralización del artefacto. Se envió, en primer lugar, un robot al lado de la bomba, para identificar los componentes de la misma y la carga explosiva que podía tener. El aparato separó también la carga del activador.
Una vez conocida esa información, fue el turno del militar fallecido, quien se acercó al artefacto para continuar las labores de desactivación. Durante las mismas, el segundo activador hizo estallar la carga, quitando la vida a Fernández Ureña. Según dijo el ministro, "se desconoce por qué explotó la carga".
Huskys y Tigres para la retirada
Morenés no amplió dato alguno respecto a los "planes y ritmos del repliegue" que tienen que llevar a cabo las tropas españolas de Afganistán, aunque sí califico esta operación logística como "la más grande y compleja que nunca han emprendido las Fuerzas Armadas".
Según dijo, una de las principales preocupaciones del ministerio es la seguridad de las tropas, para lo que se van a desplegar dos nuevas capacidades en el país asiático, tal y como ya informó Libertad Digital.
En primer lugar, se enviarán vehículos blindados Husky, que entrarán en servicio a lo largo de este mes de febrero. Este tipo de antiminas, de los que el Ejército de Tierra compró recientemente seis unidades, tiene un potente radar en su parte delantera que permite detectar cualquier objeto enterrado, especialmente IEDs.
En segundo lugar, se llevarán a Afganistán tres helicópteros de combate Tigre, que serán trasportados en fechas que el ministro no determinó, pero que aseguró que estarán operativos en la zona "en los próximos meses".