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Para Aguirre, Cándido Méndez es el vicepresidente del Gobierno

La entonces presidenta regional aseguró que el líder de UGT formaba parte del Ejecutivo de Zapatero. Éste nunca ocultó su cercanía a los sindicatos.

La portada de LD el 7 de enero de 2010

Tal día como hoy, 7 de enero, pero de 2010, Libertad Digital lleva en su portada los tres ataques que lanzó la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid contra la política laboral de José Luis Rodríguez Zapatero y titulaba con una de ellas: "Aguirre: 'Cándido Méndez es el vicepresidente ejecutivo del Gobierno'".

Esperanza Aguirre criticó el "sectarismo" ideológico del presidente del Gobierno que "le impide poner las medidas necesarias para que en España se pueda crear empleo". Destacó que fue el propio jefe del Ejecutivo el que dijo que "no puede llegar a un acuerdo económico para mejorar la economía, porque se lo impiden sus bases ideológicas".

Además, reprochó que el presidente del Gobierno se reuniera "con los campeones mundiales del paro" con la convocatoria de un "comité de sabios" porque "si la situación no fuese tan dramática como es, parece hasta un chiste que Zapatero se reúna con los políticos que peores resultados han tenido en la lucha contra el paro". Recordó Aguirre a Felipe González que "tiene el récord de desempleo, con un 24,5% de paro que alcanzó en 1994", de Jacques Delors dijo que había que "recordar el desastre en Francia con aquel gobierno socialista" y Pedro Solbes, "que ha sido ministro de Economía en dos ocasiones: cuando se llegó al 24,5% de González y ahora con Zapatero". Sentenció diciendo que "ese comité de sabios es una broma".

Por si esto fuera poco, la presidenta del PP madrileño aseguró que Zapatero hacía "seguidismo de los sindicatos" y que "prácticamente quien es el vicepresidente ejecutivo es Cándido Méndez".

La connivencia entre Zapatero y los sindicatos de izquierdas se pudo ver en múltiples ocasiones. Entre ellas en Rodiezmo, la fiesta minera en la que el presidente del Gobierno se rodeaba de sindicalistas y donde hacía sus habituales promesas. En 2009 aseguró que volvería a subir las pensiones más bajas, que no recortaría el gasto social y que al año siguiente volvería al lugar "donde más a gusto me siento". Con el viento en contra, Zapatero no cumplió su promesa y en 2010 no acudió a su cita anual en la localidad leonesa.

Un poco antes de aquella cita, en abril de 2009, el presidente Zapatero acudió a la jornada inaugural del congreso de UGT en el que sería reelegido Cándido Méndez como secretario general. Allí recordó que aunque era consciente de que su condición como presidente era transitoria, la de miembro del PSOE y de UGT era "desde siempre y para siempre" porque "es mi forma de ser y de actuar en mi vida".

Por eso, concluyó su intervención diciendo que "siento un gran respeto por los sindicatos, por su compromiso y su responsabilidad". Por eso aseguró que "necesito vuestro apoyo y vuestro cariño".

Zapatero perdió el apoyo del que gozó desde 2004 el 29 de septiembre de 2010 cuando los sindicatos convocaron la primera huelga general contra el Ejecutivo socialista para protestar contra la reforma laboral emprendida por el Gobierno. Hay que recordar que tan sólo en un año de mandato de Rajoy, UGT y CCOO ya han convocado dos huelgas generales.

A pesar de la pérdida de confianza por parte de los sindicatos, Zapatero siempre trató de comprar ese "apoyo" y "cariño" del que habló en el congreso de UGT. En los últimos cuatro años de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, los sindicatos ingresaron más de mil millones de euros en subvenciones de todo tipo. Una cifra alarmante con la situación que vive España.

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