La Casa del Rey dice tener encuestas de consumo interno en las que sitúan la popularidad del monarca y la propia institución en niveles previos a la famosa cacería en Botsuana en la que el Rey se fracturó la cadera. Un episodio que abrió un annus horribilis para una institución ya bastante maltrecha debido al proceso por corrupción que implica al yerno de Don Juan Carlos, Iñaqui Urdangarín. Un año en el que el propio Rey se veía obligado a pedir perdón frente a las cámaras de televisión y a toda España. En cambio, otras encuestas, como la que publicaba recientemente el diario El Mundo, destacan la pérdida de apoyos de Don Juan Carlos entre la población española y la demanda cada vez más fuerte para que abdique en su hijo el Príncipe Felipe.
En este contexto, y después de un muy descafeinado discurso de Nochebuena, el Rey anunciaba una entrevista con Jesús Hermida con motivo de su 75 cumpleaños. Una entrevista que se emitió en la noche de este viernes y que era bastante esperada, precisamente por la cantidad de asuntos que rodean la actualidad. En cambio, la conversación entre el veterano periodista y el monarca no despejó dudas ni obligó al Rey a comprometer su palabra en asuntos peliagudos.
En los veinte minutos de duración hablaron de la generación del monarca, de España, o de Juan de Borbón y el príncipe de Asturias. También hablaron de aquello que había supuesto una satisfacción para el Rey y de aquello que le causaba el sentimiento opuesto. Entre los segundos, el monarca ha destacado "la violencia terrorista" o no haber logrado "una España más igualitaria". Más tarde ha vuelto a citar como "insatisfacción grande" la cantidad de muertos por violencia terrorista, cerca de mil", una cifra, por cierto, bastante por debajo de la real. Pero no hubo mención a la caza, ni a Corinna, por supuesto, ni siquiera habló de Artur Mas o de Cataluña, pese a que censuró la actitud "rupturista" de algunos.
En cualquier caso, muchos esperaban que tratase algunos asuntos que durante este año han supuesto verdaderos quebraderos de cabeza para Su Majestad.
Si en su 74 cumpleaños ya tuvo que hacer balance de un año nefasto para la institución que preside con Urdangarín como centro de sus problemas, en su 75 cumpleaños tiene aún más problemas que gestionar. En lo que se refiere a la salud, si en 2011 tuvo que ser intervenido de la rodilla por unos dolores que le impidieron acudir a la boda del príncipe Guillermo o a la apertura del año judicial, en 2012 las caderas han sido su dolencia más visible.
Precisamente sus problemas con la salud y las especulaciones que se levantaron en 2011 llevaron al Rey a abroncar a los periodistas cuando dijo que "Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa todos los días en la prensa. Eso es lo que hacéis la prensa". Pero 2011, sobre todo, fue el año en que Urdangarín comenzó a hacer tambalear los pilares de la Corona. Fue después del verano, cuando los medios de comunicación empezaron a publicar informaciones relativas a los supuestos negocios irregulares de su yerno, Iñaki Urdangarin en los que también aparecían relacionados la Infanta Cristina y el asesor personal de las Infantas, Carlos García Revenga.
En este caso, 2012 ha sido un año cargado de informaciones sobre la Familia Real que han afectado a su imagen pública y han dejado herido el prestigio del que habían gozado hasta ahora entre los españoles. Sin duda, unos episodios que a más de uno le hubiera gustado escuchar este viernes en preguntas de Hermida y respuestas de Su Majestad. Algunos de esos asuntos sucedidos en 2012 y de los que no se hablaron en la entrevista emitida ayer fueron:
El 2012 de la Zarzuela
25 de febrero de 2012. Unos días después de que arrancara el juicio por el caso Nóos, su yerno, el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín acude a los Juzgados de Palma para declarar en la pieza separada del caso Palma Arena por el supuesto uso irregular de fondos por parte del Instituto Nóos. En el juicio, cargó toda responsabilidad en el entramado de empresas investigadas sobre su socio Diego Torres y exculpó a la infanta Cristina. Después Urdangarín hizo unas breves declaraciones a los medios de comunicación en las que promete demostrar su inocencia y honor.
14 de abril de 2012. El Rey se fractura la cadera en un accidente de caza. Cuando se encontraba de safari de Elefantes en Botsuana, el Rey sufrió un aparatoso accidente en el que se rompió la cadera, siendo necesario su inmediato traslado a España para ser intervenido. La noticia da la vuelta al mundo. No en vano, por aquellas fechas la economía española estaba atravesando unos momentos muy difíciles con la prima de riesgo en niveles altísimos. Además días antes, su nieto Felipe Juan Froilán se había disparado con un arma de fuego en el pie y estaba ingresado en la clínica Quirón de Madrid, donde su abuelo no fue a visitarle. Otro de los aspectos llamativos que dejó el safari en Botsuana –además de las pintorescas fotos que vimos del Rey junto a sus trofeos cinegéticos africanos– fue que viajó en compañía de la Princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein.
18 de abril de 2012. Cuatro días más tarde, tras la intervención y haberse recuperado, el Rey sale del hospital y, ante numerosas cámaras de televisión, se detuvo y pidió perdón. "Estoy deseando retomar mis obligaciones y lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir", dijo. Con estas palabras, y en un hecho inédito en sus más de tres de décadas como jefe de Estado, el Rey pedía perdón a los españoles tras la ola de críticas por su viaje a Botsuana para cazar elefantes en una de las peores semanas para nuestra economía.
27 de abril de 2012. Poco después, y tras retomar su agenda oficial, el Rey D. Juan Carlos, se ve obligado a suspender un viaje oficial tras sufrir una luxación de cadera después de recibir en audiencia al director del Instituto Cervantes y al ministro de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos. La lesión se debió a un "mal movimiento", informó en aquel momento la Zarzuela.
30 septiembre de 2012. Sólo cinco días después de que el Rey Don Juan Carlos visitara la redacción del diario Norteamericano The New York Times, éste publica un reportaje en el que no deja en muy buen lugar al Rey de España. Recuerda que Forbes cifró su fortuna en 1.800 millones de euros y decía que "Con España sumida en una recesión económica, muchos españoles están cuestionando a su Rey. Fue muy reverenciado por su papel en la transición democrática, pero ahora es objeto de estudio por su lujoso estilo de vida y la opacidad que mantiene sobre el mismo". En este mismo artículo habla de la relación del monarca con Corinna y recuerda que le acompañó en su expedición a Botsuana. La describe como "una princesa alemana, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 47 años, amante del Rey desde hace tiempo, según la prensa española, pese a que ella lo negó en una entrevista". Dice el diario que Corinna niega que se hubiera "beneficiado de alguna manera de su asociación con Juan Carlos a través de un fondo de inversión". En cualquier caso señalaba que actúa como "asesora estratégica del Estado español" . La Sra. Sayn-Wittgenstein llegó a decir del Rey que "es un tesoro nacional" y le describió del siguiente modo: "Cuando él entra en una habitación, irradia calidez y carisma".
Otros asuntos y encuestas
Además de las polémicas que han rodeado al Rey Don Juan Carlos, en 2012 la Generalidad de Cataluña, en manos de Artur Mas, ha lanzado un desafío secesionista que pretende separar a Cataluña del resto de España. Un asunto al que se refería el Rey sin tratarlo en profundidad en la entrevista.
Aunque habló de su hijo, no se refirió de forma explícita a la posibilidad de que abdique o no en él. De momento, sí que advirtió de que se sentía con ganas y energía e ilusión por afrontar todos los desafíos "que tiene España ahora".
Durante la entrevista tampoco se analizó el regreso de ETA a las instituciones o la persecución del español en algunas comunidades autónomas españolas. Se limitó a decir que la igualdad entre todos los españoles y la Justicia son asignaturas pendientes aún en España. Unas asignaturas que llama la atención que mencione un Rey que lo es por derecho dinástico, y por tanto, fuera de la idea de igualdad ante el resto de españoles.