Agentes de la Guardia Civil están efectuando una inspección ocular en la balsa de agua de la provincia de Almería en la que fue hallada muerta la niña de 16 meses secuestrada el jueves de la semana pasada para tratar de encontrar indicios que ayuden a esclarecer las circunstancias de su muerte.
Fuentes de la investigación han informado de que el joven detenido por el secuestro, Jonathan Moya González, de 25 años, confesó tras varias horas de interrogatorio haber matado a la niña, lo que permitió localizar el cuerpo sin vida, si bien no dijo ni cómo ni cuándo lo hizo.
La balsa de agua en la que fue hallado el cadáver se encuentra cerca de una vía de servicio de la A-92, en la misma zona en la que supuestamente se produjo el secuestro el jueves de la semana pasada cuando la niña se encontraba con su madre, una mujer natural de La Palma del Condado (Huelva) que al parecer habría iniciado una relación con el autor confeso del crimen.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal de la capital almeriense practican este viernes la autopsia al cadáver de la menor para tratar de determinar las causas exactas de la muerte de la niña.
Jonathan Moya González fue detenido a primera hora de la tarde del jueves en un cortijo de su familia en el paraje de Camino Real de Abrucena, en un núcleo aislado de la comarca de Nacimiento, donde trataba de ocultarse ante el amplio operativo de búsqueda desplegado por la Guardia Civil.
Su confesión permitió hallar en cadáver de la niña, así como detener a una segunda persona en relación con los hechos. Se trata de Raúl, R.F., de 25 años y vecino de Fiñana, quien podría haber encubierto los hechos y se encuentra declarando ante la Guardia Civil.
El autor confeso permanece en la Comandancia de la Guardia Civil en la capital almeriense y pasará a disposición judicial en los próximos días. La investigación continúa bajo secreto por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Almería.