Abogados de las víctimas de la tragedia del Madrid Arena han tildado este martes de "cuchitril" el espacio destinado para la enfermería de la fiesta mortal de Halloween y se han mostrado sorprendidos de que la única cámara falsa, y que por tanto no grabó imágenes, fue la situada en el pasillo central donde se produjo la avalancha en la que murieron las cinco jóvenes.
Así lo han explicado este mediodía los letrados tras realizar una segunda visita a las instalaciones del Madrid Arena, en la que han estado presentes el juez del caso, Eduardo López Palop; el fiscal superior de Madrid, Manuel Moix; el fiscal del caso, el secretario judicial, las acusaciones particulares y populares y las defensas de las empresa Kontrol 34 y de Diviertt.
Sólo una carcasa; no había cámara
El abogado de Rocío Oña, Felipe Moreno, ha afirmado que "curiosamente" de las ocho cámaras que había en los vomitorios, la única que no funcionaba, ya que era sólo una carcasa, "era justo donde sucedieron los hechos". Eso sí, ha dicho que el resto funcionaron "perfectamente" y no se grabó nada encima. "Cabe la sospecha razonable y es mucha casualidad que todas las cámaras de los vomitorios funcionaran y que ese día casualmente, el vomitorio central de los tres de salida y el más directo tenía una cámara que no funcionaba. Es la única de los vomitorios de salida que no grababa", ha añadido.
Además, Moreno ha destacado que los discos duros de las grabaciones aparecieron en una sala que en principio no se sabía si era la sala de grabaciones o era en el interior o el exterior. "Al final ha quedado delimitado que se cogieron los ocho discos duros en la cámara interior de grabaciones y no en el exterior, como se nos decía por parte de Madridec", ha agregado.
Los abogados de las víctimas han señalado que dichos discos duros estaban en un lugar no apropiado, como era el cuarto de incendios, y no en el cuarto de control, que era el que tenía que ver con la grabación de las cámaras y donde se deberían dar las órdenes a los vigilantes de seguridad para que se coordinasen en caso de emergencia cosa que, a su juicio, no sucedió.
El problema del botellón
Felipe Moreno ha manifestado que más de 2.500 personas entraron por la salida de emergencia desde el botellón de los alrededores de la fiesta hasta el interior del recinto justo antes del concierto del DJ Steve Aoki. "Tendría que haber dos salidas de emergencia y no una. Es tremendo y caótico. No tiene nombre", ha añadido.
Asimismo, el abogado de Belén Langdon, Abdón Núñez, ha apuntado que 3.000 personas o más pudieron colarse en las instalaciones del Madrid Arena cuando empezó dicho concierto aunque tienen que determinar si lo hicieron por la entrada F-14 o por algún otro lado. En este sentido, la abogado de la acusación popular de Manos Limpias, Virginia López, ha pedido visionar las imágenes para determinar por dónde pudieron entrar entre 2.000 y 3.000 personas y si procedían de uno o de varios botellones distribuidos alrededor del recinto o si provenían de la reventa. Según ha explicado, estos jóvenes accedieron directamente a la pista central "y se produjo la avalancha que hizo que explotara aquello por algún lado".
De hecho, los letrados han señalado que se habilitará un sitio, posiblemente el salón de actos de los Juzgados de Plaza de Castilla, para que la Policía pueda visionar las mil horas de grabación de las cámaras de seguridad del Madrid Arena la semana después de Navidades.
Moreno ha insistido en que se tiene que determinar qué paso dentro y también fuera del Madrid Arena, donde "se había un botellón sin ningún tipo de medidas y se reaccionó tarde", una actuación que en su opinión tuvo una "influencia directa y total" sobre los trágicos sucesos posteriores.
La "vergüenza" de enfermería
Por su parte, el abogado de Belén Langdon ha indicado que la enfermería instalada ese día en el Madrid Arena no estaba dónde les indicaron el otro día, sino en otro espacio, "un cuchitril que es una vergüenza que se le llame enfermería".
El abogado de Rocío Oña ha añadido que dicha sala no tenía ningún dispositivo de salubridad y no contaba con ventilación. "Es un sótano en el que tendríamos que ver cómo estaban dispuestos los elementos sanitarios, las camillas, si había quirófanos, defibriladores; en fin, habrá que verlo con las diligencias que hizo en su momento la Policía", ha apuntado.
Por ello, la letrada de Manos Limpias espera que el juez del caso impute "por lo menos" a Simón Viñals, el responsable médico ese día en el Madrid Arena, porque "tiene una grandísima responsabilidad" en este sucesos. "Creemos que un médico que no podía ejercer no podía hacerse cargo de las 20.000 personas que había aquí en un cuarto que estaba completamente alejado de la realidad de una enfermería, que había una camilla que no tiene ningún tipo de semejanza con lo que todos conocemos como una camilla. Si hubiera habido un servicio médico en condiciones a lo mejor se hubiera podido producir un resultado", ha explicado.
Un pasillo de 3 metros de ancho
Por otra parte, Abdón Núñez ha señalado que han medido adecuadamente el pasillo donde ocurrieron los hechos a través con un medidor láser, que determinó que el pasillo donde se produjeron los hechos tenía 3 metros de ancho por 12 de largo, "un auténtico túnel".
Igualmente, han determinado que fueron 150 los metros que tuvieron que recorrer las jóvenes fallecidas, en manos de la gente y en medio del tumultuo, hasta llegar a la enfermería.
Núñez también ha asegurado que "ha quedado bastante claro" que de las nueve salidas que existen en el Madrid Arena, la noche del pasado Halloween sólo había tres y la grande de emergencia operativas "y las demás estaban todas cerradas para vestuario, camerino, escenario, etcétera". "Querían desalojar más de 10.000 personas por tres salidas, algo que era totalmente inviable", ha criticado.
El juez va a dictar una diligencia indicando qué personas van a declarar los días 15, 16, 21, 22 y 23, han señalado los abogados. El abogado de Rocío Oña ha criticado la "la ausencia de medios" que tiene el juzgado para este caso. "Si no se les dota de medios nos vamos a quejar porque no puede ser que el caso dure cinco o seis años, de ninguna manera", ha concluido