El durísimo tono parlamentario no se redujo en la última sesión de control del año. Mariano Rajoy dijo no permitir que el líder de la oposición le diera lecciones sobre política económica, amén de que le acusara de provocar "desesperación" entre los españoles. "Los socialistas hacemos otra cosa cuando gobernamos", le espetó Alfredo Pérez Rubalcaba.
Los argumentos no cambiaron una semana después, pero el clima de tensión siguió en aumento. El presidente del Gobierno arrancó su contestación recordándole al PSOE cuál es el balance de su época en el poder: "Yo no sé lo que va a hacer usted cuando vuelva a gobernar, pero no le deje al que le sustituya las cosas como nos la han dejado a nosotros", dijo, recibiendo la ovación de la bancada popular.
A Rajoy se le vio visiblemente enfadado. Si estaba cansado tras el monográfico debate sobre el último Consejo Europeo, se despertó de golpe: "Usted no tiene el patrimonio de las políticas sociales, ni el de los sentimientos", afirmó, en relación a la batería de ataques del líder del PSOE. Todavía más, "el modelo de bienestar lo hemos construido entre todos, lo construyeron los españoles con sus esfuerzos y los impuestos, los españoles, ustedes no".
Los diputados de uno y otro partido abucheaban o aplaudían evidenciando la dureza del cara a cara. Para Rajoy, "los enemigos del estado de bienestar" no son las reformas emprendidas por el Ejecutivo, "sino las malas políticas" como gastar lo que no se tiene. "Más de 9.000 millones de euros al año", enfatizó Rajoy, en relación al balance económico de la administración Zapatero.
El presidente zanjó contundente: "Ustedes no tienen autoridad moral ninguna para decir lo que ha dicho usted aquí, ninguna". Y, así, hizo caer en saco roto la retahíla de ataques de Rubalcaba, que anunció que cuando el PSOE llegue al Gobierno derogará buena parte del plan de choque de los populares para salir de la crisis.