El presidente del Gobierno admite su “preocupación”, profunda según su entorno, consecuencia de la deriva independentista que no cesa de Artur Mas, a pesar del varapalo electoral. Tras leer a través del diario El País que la propuesta secreta de ERC no es otra que “un plan de transición al Estado soberano”, dejó claro de partida que no está “de acuerdo” con ese documento, que el Ejecutivo da por válido pese a no ser todavía oficial.
De hecho, aunque se acogió a que “no se ha producido la firma de ningún acuerdo”, Mariano Rajoy recordó a los abajo firmantes que lo presuntamente suscrito “está muy lejos de lo que yo pienso y de lo que piensa la inmensa mayoría de ciudadanos”. El Ejecutivo se acoge a las últimas elecciones en la comunidad para hacer la lectura de que lo que los ciudadanos quieren es "un gobernante contra la crisis".
En público, el presidente aún dio opción a la rectificación, aunque en privado se consagra esa “preocupación” porque “parece muy improbable” que vaya a dar marcha atrás en la consulta ilegal para 2014, en la que se preguntará a los ciudadanos por la secesión. Rajoy llamó a no desviar el tiro: “En Cataluña y en el conjunto de España hay una prioridad, y esa prioridad es la lucha contra la crisis y crear empleo”.
Sin embargo, el Gobierno dice ser consciente de que hablar de economía no le interesa a la Generalidad, que en breve tendrá que presentar otro ajuste millonario para cumplir con el déficit público, amén de que las protestas en los hospitales se multiplican. “Prefieren desviar la atención”, se lamentan. Rajoy insiste: “Es muy importante” trabajar para “conseguir estabilidad política”, o en otras palabras evitar “factores que generen inestabilidad”.
Soraya: "Tiene que cumplir la Constitución"
Desde Madrid, al término del Consejo de Ministros, la vicepresidenta utilizó mismas tesis, pero elevando el tono: "Según lo que se ha hecho público, el acuerdo va más allá de lo que es la celebración de una consulta, que por otro lado es institucional", en relación la intención de crear un banco y agencia tributaria propios, o el control de la Justicia. "Noticias de esta naturaleza generan una gran incertidumbre, que es lo menos deseable que se puede pedir en este momento", avanzó Soraya Sáenz de Santamaría, que recordó que "la construcción" del hipotético Estado estaría fuera de la Unión Europea.
Si algo le recordó, por varias veces, a Artur Mas fue su chasco electoral, evidenciado en la pérdida de parlamentarios. Pero, además, incidió en que los planes plasmados en el documento "no entran en la Constitución", y por lo tanto son ilegales. "Le recuerdo que está en funciones y que cualquier Gobierno tiene que cumplir la Constitución y las leyes, que son muy claras en los términos de la consulta", fueron las palabras de la portavoz, informa Mercedes R. Martín.
Una consulta tiene que ser aprobada primeramente por las Cortes generales, y la independencia votada por la totalidad de españoles, resumió Sáenz de Santamaría. El Ejecutivo da por fracasa la política de tender puentes que se inició al término de los comicios autonómicos, y que tuvo su clímax con la llamada de Rajoy a Mas. De hecho, el propio presidente expuso a las bravas que nadie de la Generalidad le había llamado para informarle, y que de todo se estaba enterando por la prensa.