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El Gobierno rechaza cambiar el capítulo de la Constitución sobre la sucesión a la Corona

Rajoy descarta la reforma de la Constitución. También en el capítulo de la sucesión de la Corona. “Se podrían abrir otros debates”, alertan.

El Gobierno no se meterá en el “lío” de plantear una reforma de la Carta Magna para dar solución a la sucesión de la Corona, que hoy día mantiene la preeminencia del hombre sobre la mujer. Tanto por las formas como por el fondo se descarta, más aún en circunstancias “de inestabilidad y crisis económica” como las que sufre España.

El presidente se mostró inamovible. En el día de su celebración, habló de una Constitución en plena forma que en nada debe ser modificada. “Está plenamente vigente y la debemos conservar para los próximos años”, zanjó en una declaración pública sin opción a preguntas. Ya en el interior del Senado, donde se organizaron los fastos por las obras de mejora del Congreso, Mariano Rajoy solo entró de puntillas en la cuestión de si habría que cambiar el texto para que doña Leonor pueda ser reina independientemente de que su madre, la Princesa, tuviera un hijo varón. En su opinión, tendrían que darse tres premisas de forma indiscutible, y de su rostro se interpretó que no se cumple ninguna.

Lo primero, “tener claro el objetivo”. Esto es, que la modificación del texto afecte única y exclusivamente a la sucesión dinástica y no se tire del hilo para otros planteamientos. El segundo, tener “el máximo consenso”, extremo que el Ejecutivo solo ve viable en el caso del principal partido de la oposición. Y tercero, que se dé “el momento oportuno”, y de nuevo fuentes gubernamentales rechazan de plano que “en el año más duro de la crisis estemos para estos asuntos”.

El fondo de la cuestión es todavía más complejo, según un portavoz al más alto nivel. Y es que temen que abrir el melón de la sucesión traería consigo “otros debates” que asustan al Ejecutivo. En otras palabras, que lo que se ponga en duda es “la Corona en sí” en uno de los momentos más delicados de la Casa, con la figura del Rey aún en entredicho tras el caso Botsuana. “Podría derivar en otras cosas”, insistieron las fuentes consultadas, utilizando éste como su principal argumento para dejar las cosas como están.

El debate se abría, no obstante, desde el propio Partido Popular, en voz de su secretaria general. “¿Qué reforma plantearía yo?”, se preguntó, para postularse a favor de desatascar la sucesión Real. Pero únicamente en tal extremo: “La Constitución es muy elástica y permite, porque es muy abierta, que nos podamos organizar dentro de ella sin tener que recurrir a cambios”, destacó María Dolores de Cospedal.

La número dos del PP también puso el acento en que ocurra lo que ocurra con la Carta Magna, será “el pueblo español” el que decida. Y a ello también se acogen en el Ejecutivo para rechazar hoy cualquier movimiento. Y es que el sector jurista del gabinete recuerda que todo lo relativo a la Familia Real se encuentra en el artículo dos de la Constitución, y su modificación supondría una “reforma agravada” de la misma.

Así, los cambios sucesorios tendrían que ser aprobados por una mayoría cualificada en las Cortes -tres quintos de la Cámara-. Después, tendrían que disolverse y a continuación volverse a reunir para votar el mismo punto ya abordado; que no haya prevalencia del varón. Y tras ello, se convocaría un referéndum para que todos los españoles pudieran decidir.

Un camino arduo que Rajoy no está dispuesto a recorrer. “No porque no existan razones, sino porque es un problema que hoy no existe y porque podría traer otros fruto de la situación de crisis”, resumen en el Ejecutivo.

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