El Gobierno catalán no asistió a la reunión de este miércoles de la Conferencia General de Política Universitaria con el ministro de Educación, José Ignacio Wert, negativa que se suma al abandono de la consejera de Enseñanza en funciones de la Generalidad, Irene Rigau, de la Conferencia Sectorial de Educación por considerar inadmisible el tratamiento de la lengua catalana en el anteproyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).
No fue una sorpresa porque ya lo había avanzado el Ejecutivo catalán en un comunicado, en el que recuerda que este anteproyecto "supone una agresión al Estatut y deja en ruinas el modelo catalán de acceso al sistema universitario catalán", por lo que el Secretario de Universidades e Investigación, Antoni Castellà, no asistiría al encuentro.
En el mismo comunicado, Castellà ha exigido la retirada del anteproyecto al considerar que "margina a la Generalitat" y vulnera sus competencias, y ha recordado que Wert se comprometió en la última reunión sectorial a rectificar aquellos artículos que suponían algún conflicto competencial.
El anteproyecto de la Lomce elimina las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) de la Generalidad y las sustituye por una reválida al final del Bachillerato, atribuyéndose la labor de "marcar los criterios, establecer las características y fijar los contenidos" de esta nueva prueba.
Según Castellà, el texto "expulsa" el catalán de la troncalidad en el sistema educativo en las etapas obligatorias, y otorga al Estado la competencia de determinar los criterios básicos que deberán fijar las universidades para acceder a ellas.