Como siempre en los momentos difíciles, el PSOE echa mano de su antiguo talismán, Felipe González, para unir a sus miembros en los momentos difíciles, y qué mejor ocasión que el 30 aniversario de la investidura de Felipe González como presidente del Gobierno para cerrar filas, recordar los "logros" pasados y examinar los desafíos futuros bajo el lema: "Democracia, Libertad, Derechos. Gracias Felipe".
Sin embargo, las tensiones se han percibido desde el primer momento en que los críticos han hecho su llegada. El europarlamentario Juan Fernando López Aguilar pidió "que ojalá que no sea una exhibición de nostálgicos sino hambre de futuro. Una reconciliación con nosotros mismos y con el futuro" porque "el partido está pasando un mal momento y no sobramos ninguno".
La respuesta ha llegado de ex dirigentes como Alfonso Guerra: "El pasado es útil para poder construir el futuro". Pero también de miembros actuales de la Ejecutiva como Valeriano Gómez quien ha dicho que recordar los "logros" de la etapa dorada de la "historia del PSOE nunca es una reunión de nostálgicos".
En este sentido, José Bono sí ha hecho gala de una cierta nostalgia al centrarse en la figura de Felipe González. "Gente como Felipe salen muy pocos en la historia. No va a haber otro como Felipe González. Eso lo saben hasta sus peores enemigos".