El presidente del Gobierno paró los pies a Artur Mas, que en vez de dar explicaciones por las presuntas tramas de corrupción en las que se ve envuelto denunció un complot del "Estado español" contra él. "Es una falsedad", cortó en seco Mariano Rajoy, que le exigió que "si tiene un problema no debe trasladárselo a otro".
Fueron sus únicas palabras al respecto, pues consideró que no era el lugar más adecuado para iniciar una "polémica" con el dirigente de CiU. El presidente fue abordado por la cuestión en una rueda de prensa conjunta con su homóloga brasileña, Dilma Rousseff. Misma respuesta dio el sábado, al término de la cumbre europea, cuándo también se le preguntó expresamente por el caso Palau.
Rajoy quiere mantenerse al margen, ya que su opinión "es en calidad de presidente del Gobierno" -se aclara en Moncloa-, si bien no descarta que pronunciarse en campaña.
Mientras, el Partido Popular no ha dudado en elevar el tono contra Mas. Utilizando como percha el "borrador" de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal, que pone a Mas en el centro de la diana, María Dolores de Cospedal le exigió que deje de "parapetarse" en la ideología o en los catalanes para no dar explicaciones. Otros cargos como Carlos Floriano y Alicia Sánchez Camacho se sumaron a esta petición.
Aún más, la secretaria general de los populares se miró en el espejo del resto de formaciones políticas para asegurar que "si fuera un candidato de otro partido ya estaría fuera de la campaña". Y es que, en privado, no pocos cargos populares rememoran la presión a la que el PP se vio sometido por el caso Gürtel, mientras que en el caso de CiU muchos medios de comunicación apenas hacen referencia a las tramas corruptas que salpican a los nacionalistas.
En Onda Cero, Cospedal destacó que "no se entiende" el silencio del presidente de la Generalidad: "Se parapeta y ampara en la ideología o en los catalanes para no dar explicaciones. Los catalanes no lo deberían admitir".