La sentencia del Tribunal Constitucional hecha pública este jueves donde se avala la legalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo cuenta con tres duros votos particulares de los magistrados conservadores Ramón Rodríguez Arribas -vicepresidente, Andrés Ollero y Juan José González Arribas más el voto concurrente del magistrado progresista Manuel Aragón.
Para Rodríguez Arribas se crea un peligroso precedente cuando se sienta "el principio de que las normas pueden no decir lo que dicen sino lo que se quiere que se digan". El vicepresidente del TC entiende que la figura del matrimonio podría corresponderse a la de "un tío y un sobrino".
El magistrado defiende que el matrimonio "es también la unión sexual que la Naturaleza destina a la perpetuación de la especie humana". "En mi opinión, era imprescindible la reforma constitucional, con todas las formalidades y mayorías que la misma ha previsto, para hacer lo que el legislador llevó a cabo por su cuenta e invadiendo las funciones del constituyente", concluye Rodríguez Arribas.
Por su parte, Andrés Ollero señala que aunque "comparte íntegramente la legítima aspiración a erradicar la injusta discriminación de las personas que suscriben una orientación homosexual". "Lo que no suscribiré nunca es que el fin justifique los medios, imperativo obligado en cualquier versión de uso alternativo del derecho. El respeto a una determinada orientación sexual, que lleva a mantener unas relaciones ajenas al matrimonio, no obliga a reconocer la posibilidad de contraerlo", apostilla el magistrado.
Asimismo, Ollero afirma que lo que ha hecho ahora el TC es crear una "nueva institución diseñada por el legislador". "Una interpretación por evolutiva que sea no puede considerarse sinónimo de reforma o cambio".
El magistrado González Rivas, por su lado, considera "que las uniones duraderas entre personas del mismo sexo" podrían haber sido objeto "de una especial consideración por el legislador", pero no equiparadas a la institución del matrimonio heterosexual.
La necesidad de una interpretación evolutiva de la Constitución "ha de respetar la esencia de las instituciones", dice Rivas quien, en su rechazo a la idea de la "interpretación evolutiva" realizada por el TC, coincide con el magistrado Manuel Aragón.
"Mediante la interpretación evolutiva no puede hacérsele decir a la norma lo contrario a lo que dice, pues entonces no se interpreta la Constitución, sino que se cambia", argumenta en este sentido el progresista Manuel Aragón.
Este magistrado considera que la idea de interpretación evolutiva de la ley fundamental ha sido llevado demasiado lejos por la sentencia del TC que avala la Ley del Matrimonio Homosexual, aunque está de acuerdo en el sentido del fallo.