En rueda de prensa de campaña electoral, Artur Mas se ha referido a las declaraciones de este fin de semana del secretario general adjunto de CDC, Oriol Pujol, quien dijo que Cataluña está dispuesta a negociar con el Estado su futuro político pero que el problema es "tener enfrente al Rey", lo que argumentó alegando que el monarca ya ha tomado partido.
Mas ha explicado que se informó tanto al Rey como al príncipe de reclamaciones como la del pacto fiscal, y ha ofrecido diálogo: "Si en este momento quieren más información sobre el proceso en Cataluña, la tendrán toda. Por nuestra parte no hay ningún problema de comunicación para poner lo necesario encima de la mesa".
Según el presidente catalán, su Gobierno nunca ha escondido nada, sino que ha apostado por la transparencia, y, como prueba, ha asegurado que hace el mismo discurso en Cataluña que en el resto de España y de Europa.
Pese a mostrarse consciente de que su proyecto sobre Cataluña no puede gustar a todo el mundo, el candidato de CiU a la reelección ha sostenido que siempre ha puesto "las cartas encima de la mesa". También ha apostillado: "No voy a entrar en polémica con la Casa Real".
Por otra parte, Mas ha contestado al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que no dejar que los catalanes puedan pronunciarse en una consulta sobre el futuro de Cataluña sería un "golpe de Estado democrático".
El candidato ha reaccionado a las declaraciones de Margallo en una entrevista radiofónica, en que advertía de que el Tribunal Constitucional (TC) suspendería la convocatoria de una referéndum de independencia, por lo que, si se lleva a cabo, sería "claramente ilegal, un golpe de Estado en términos jurídicos".
Mas ha insistido en que no dejar hablar al pueblo catalán, "cuando quiere hacerlo y decidir, es un golpe de Estado democrático".