Envuelto en la bandera de "la democracia y el respeto" que Artur Mas le niega al Gobierno español, el presidente de la Generalidad ha iniciado en Bruselas su lobby a favor de la Cataluña independiente dentro de la UE que varias autoridades comunitarias ya le han rebatido durante las últimas semanas.
Cuarenta y ocho horas antes del arranque de campaña electoral, y en un periplo extraoficial que no incluye visita a ninguno de los altos despachos institucionales ni entrevista alguna con autoridades europeas, Mas, que se presenta como "el presidente no de una simple región española, sino de una nación europea", ha entonado ante los medios europeos su lamento frente a la incomprensión del Gobierno, del que espera un cambio de actitud en el futuro.
Un referéndum "radicalmente democrático"
"Treinta años contribuyendo a modernizar y europeizar España son muchos para que ahora no se escuchen nuestros anhelos", se ha quejado. "Recibimos insultos y amenazas por parte de un Gobierno central que nos manda al infierno", ha denunciado el presidente de la Generalidad para reivindicar su intención "radicalmente democrática y escrupulosamente pacífica" de convocar un referéndum, a pesar de que las leyes españolas no lo permitan.
Sobre el referéndum y sobre los detalles de su sueño soberanista, el presidente catalán ha respondido con ambigüedad que "esto es un proceso largo en el que muchas preguntas aún no tienen respuesta", pero sí ha adelantado su intención de convocar una consulta popular de aquí a tres años o, incluso, si aquélla no fuera posible, volver a convocar elecciones que hagan las veces de referéndum. "Intentaremos cumplir la Constitución, pero asumiremos el mandato democrático del pueblo catalán", ha prometido. "No descarto nada", ha sentenciado.
En su gira europea, Mas, concentrado ahora en obtener una "mayoría holgada o incluso excepcional", ha ignorado las voces que aseguran que sus pretensiones soberanistas no tienen sitio en la UE y ha calificado de "realidad" el hecho de que los ciudadanos catalanes siguieran siendo europeos después de una ruptura. "Los tratados no dicen nada", argumenta. "El camino no será nada fácil", admite, sin embargo.
Repensará su estrategia
Ahora bien, tras varias horas de propaganda e interrogado por medios extranjeros muy críticos con él, Mas, que considera la pertenencia a la UE como "parte fundamental de su proyecto", acabó admitiendo que si ésta fuera "absolutamente imposble", repensaría su estrategia. Aun así, incluso en el peor de los escenarios para su plan soberanista, Mas insiste en que se lo explicaría a los catalanes y, con toda la información sobre la mesa, les dejaría decidir.
Además, el presidente catalán ha aprovechado el auditorio de corresponsales europeos para denunciar "una Europa muy lenta dominada por los países grandes que está perdiendo oportunidades".