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Rajoy y "el coñazo del desfile"

Los micrófonos indiscretos son de los peores enemigos de los políticos. A Rajoy le pilló uno diciendo que tenía que ir al "coñazo del desfile".

Portada de LD el 11-10-2008

Tal día como hoy, 11 de octubre, pero de 2008, Libertad Digital contaba en su portada la mala pasada que le jugó un micrófono abierto al entonces líder de la oposición Mariano Rajoy: "Mañana tengo el coñazo del desfile, en fin, un plan apasionante". La confesión al presidente del PP andaluz, Javier Arenas, se produjo durante la clausura de la XIII Unión Interpalamentaria, una reunión que congrega a parlamentarios populares del Congreso y del Senado, de los parlamentos autonómicos y del europeo.

Tras este desliz el presidente del Partido Popular se vio obligado a pedir disculpas y lo hizo de una forma habitual en Mariano Rajoy, no antes los medios de comunicación sino a través de un comunicado. En él decía que "para despejar cualquier duda o mala interpretación, quiero reiterar mi postura conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas, así como a la celebración de la Fiesta Nacional".

Las explicaciones del líder del principal partido de la oposición no convencieron al PSOE. El por entonces portavoz socialista en la Comisión de Defensa en el Congreso, Jesús Cuadrado, señaló que esa expresión "demuestra lo que piensa de verdad" el líder de la oposición y su "poco respeto" a las Fuerzas Armadas y al Día de la Hispanidad. Desde el PSOE dijeron incluso que Rajoy "no debería acudir para se coherente con lo que dice".

Como ha quedado patente, los micrófonos abiertos son uno de los grandes enemigos de los políticos. Todos recordarán a Federico Trillo y su "¡manda huevos!" que soltó el entonces presidente del Congreso. O a Aznar que, después de enumerar un amplio catálogo de reformas aprobadas en la Unión Europea, dijo "¡vaya coñazo he soltado!". Por no hablar del capítulo entre Jordi Sevilla y las "dos tardes" de Zapatero para aprender economía.

A José Bono, siendo presidente de Castilla-La Mancha se le escuchó llamar "gilipollas" al primer ministro británico Tony Blair. Bono volvió a caer cuando en una conversación con diputados dijo que "hay mucha santa y algún malo, y los del partido propio son unos hijos de puta". En otra ocasión se le escuchó decir que "¡estoy hasta los huevos, estoy trastornado!". También Zapatero ha sido cazado, pero por partida doble. En 2005 se le escuchó diciendo que el acuerdo sobre terrorismo "hay que cerrarlo como sea". No podemos olvidar aquella entrevista de ZP con Iñaki Gabilondo. Tras finalizar la misma, un indiscreto micrófono captó al presidente del Gobierno decir que "lo que pasa es que nos conviene que haya tensión".

Esperanza Aguirre no se ha librado de estos incómodos compañeros de los políticos. En 2010 en plena batalla por Caja Madrid dijo "hemos tenido la inmensa suerte de darle un puesto a IU quitándoselo al hijoputa". En otra conversación privada, pero captada, se la escuchó reconocer a Gallardón que "no tenemos ni un puto duro". Rajoy, el del "coñazo del desfile", reconoció sin saber que le estaban grabando que la reforma laboral "me va a costar una huelga general".

 

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