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Cuatro candidatos para el Palacio de Ajuria Enea

Más de dos millones de vascos están convocados a elegir, dentro de quince días, al próximo lehendakari.

Por novena vez desde la llegada de la democracia, los electores vascos están llamados a elegir a los dirigentes políticos que integrarán el Gobierno vasco durante los próximos años. Tras más de dos meses de precampaña electoral, donde las maquinarias de los partidos han funcionado a todo gas, este viernes se inicia la campaña en la región.

Libertad Digital repasa el currículum político y personal de los candidatos a lehendakari de las cuatro principales formaciones que conformarán a partir del próximo 21 de octubre el Parlamento vasco.

Iñigo Urkullu. Presidente de la Ejecutiva del partido, es el hombre destinado a recuperar el Palacio de Ajuria Enea, donde ha habido un inquilino peneuvista durante 30 de los 33 años de democracia. Una apuesta de riesgo, teniendo en cuando que para ello ha roto la bicefalia histórica del PNV, que impedía que el líder del partido fuera también lehendakari.

Su meteórica carrera política está cimentada en su extraordinario conocimiento del aparato del partido, especialmente en Vizcaya, lo que le permitió enfrentarse abiertamente a Xavier Arzalluz cuando nadie se atrevía a hacerlo. Unas disputas de las que siempre salió triunfante.

El primer aviso llegó en 1996, cuando acompañado por jóvenes dirigentes del partido consiguió imponer a su candidato a presidente del BBB –Ejecutiva de Vizcaya– en contra de los criterios del ayatolá nacionalista. Aprovechando la inercia, cuatro años más tarde, él mismo fue elegido presidente de la dirección vizcaína.

En 2003 volvió a enfrentarse a Arzalluz, esta vez para impedir que el Diputado foral de Vizcaya volviese a presentarse a la reelección. Su envite fue respaldado por 132 de los 150 batzokis vizcaínos. Poco después, lanzó su órdago final, colocar a su amigo Josu Jon Imaz como presidente de la Ejecutiva del partido, apartando de la misma al delfín y candidato propuesto por el propio Arzalluz: Joseba Eguibar.

Patxi López. Se afilió al PSE con tan sólo 16 años y desde entonces no ha hecho otra cosa que ascender en la estructura del partido, en el que también conoció a su mujer, ex concejala en Bilbao. Fue elegido secretario general tras la rebelión contra Nicolás Redondo Terreros y contó para ello con el apoyo del sector más radical del socialismo vasco, que lideraba Jesús Eguiguren.

Apoyado por el PP tras las elecciones regionales de 2009, pasará a la historia por ser el primer lehendakari no nacionalista y no militante del PNV que ha ocupado el Palacio de Ajuria Enea. Con su nombramiento, se hizo saltar por los aires el mito de que sólo los nacionalistas podían gobernar la región.

Su gestión ha tenido claros como la reactivación de la Ertzaintza en la lucha contra ETA y la despolitización de EiTB, pero también importantes puntos oscuros como su apoyo a un final negociado del terrorismo, su humillación a las víctimas de ETA y su inacción a la hora de acabar con la politización de la educación y la imposición lingüística del euskera.

No ha hecho público qué hará si, como todo parece indicar, no puede ser reelegido como lehendakari, aunque todas las quinielas apuntan a que dejará la arena vasca para dar el salto a la política nacional de la mano de Alfredo Pérez Rubalcaba, al que ayudó a apartar a Carmen Chacón. Por si acaso, ha hecho limpieza de chaconistas en las listas vascas para entregar en partido en bandeja de plata al que todos apuntan como su posible sucesor: Rodolfo Ares.

Antonio Basagoiti. Entró en política por invitación familiar y el ayuntamiento de Bilbao fue su escuela. Allí estuvo trece años, durante los que llegó a encabezar en varias ocasiones la lista de los populares bilbaínos a la alcaldía de una de las localidades más inexpugnables para los intereses del PNV.

Llegó a la secretaría general del PP vasco tras la convulsa salida del partido de María San Gil, que fue precipitada por las filtraciones de los más cercanos a Mariano Rajoy. Cambió la línea política de la formación para acercarla al nacionalismo, entrevistándose en varias ocasiones con Iñigo Urkullu en Sabin Etxea, sede de la formación peneuvista.

Conocido por su lenguaje popular y coloquial, que llega fácilmente a las personas de la calle, fue la llave en las últimas elecciones vascas, provocando la presencia en Ajuria Enea por primera vez de un lehendakari no nacionalista. La retirada de su apoyo al PSE hace unos meses provocó el adelanto electoral.

Su propósito en estos comicios es volver a ser la llave de la gobernabilidad en la comunidad vasca, para evitar que EH Bildu, que acoge en su interiores a candidatos de Batasuna-ETA, pueda alcanzar el Gobierno vasco.

Laura Mintegui. Una perfecta desconocida en la práctica totalidad del territorio nacional, la candidata a lehendakari de Euskal Herria Bildu –la última coalición electoral que integra al brazo político de ETA– es reconocida en el País Vasco por su papel de escritora local, su labor en Euskaltzaindia –la academia de la lengua vasca–, y sus apariciones en algunos medios de comunicación regionales.

Alejada del perfil institucional que buscaba inicialmente la coalición, y sin peso político alguno, ésta no será la primera contienda electoral a la que se presente. En las pasadas elecciones generales, fue candidata de Amaiur al Senado por la provincia de Guipúzcoa, aunque no resultó elegida.

Además, cuenta con el pedigrí batasuno necesario para poder encabezar la lista. No en vano, fue en dos ocasiones en las planchas electorales de la ilegalizada HB en las elecciones europeas de 1987 y 1989. Por si fuera poco, pública fue su visita al sanguinario terrorista José Ignacio de Juana Chaos mientras se encontraba ingresado en el hospital en huelga de hambre.

En los últimos meses se ha negado a condenar el terrorismo de ETA, que llegó a calificar como "respuesta lógica y comprensible" al Franquismo y no ha tenido reparos en elogiar públicamente a Arnaldo Otegi.

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