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Pasmo en 'El País' ante el mensaje del Rey

La prensa no da abasto esta semana y sin dar tiempo a pasar la resaca de Esperanza va Carrillo y se muere y el Rey se deja ver por Internet.

El Mundo dedica su principal titular al Rey: "El nacionalismo carga contra el Rey por criticar sus quimeras". Pedro J. le perdona así por haber ido a la conferencia de Mas. "El Rey ha cumplido con su obligación de defender la unidad de España" y "deshizo el malentendido que se produjo con la presencia del jefe de la Casa Real en la conferencia de Mas". Victoria Prego hace un descubrimiento: "El Rey no está de adorno". Mira tú, quién lo diría.

A Carrillo le dedica El Mundo un original titular: "Españoles... el siglo XX ha muerto". A Pedro J. le recuerda al doctor Jenkil y Mister Hyde. "Con la perspectiva que nos da el transcurso del tiempo, podemos decir que Carrillo fue un hombre de dos caras. La cara terrible de su pasado estalinista y de su implicación en los crímenes de Paracuellos y la cara luminosa de su papel en la Transición", dice deslumbrado.

Jiménez Losantos sigue escudriñando el aquí os quedáis de Esperanza Aguirre y el calentón de boca de Alfonso Alonso le da la clave. "Era de prever que la pandilla de incompetentes agavillada por Rajoy no tardara un segundo en estropear la salida a hombros de Aguirre, que implica aceptar la sucesión natural de Ignacio González. Aunque Génova trató luego de matizar, al atravesado Alfonso Alonso se le han visto las ganas.... Como a ella ya no pueden alcanzarla, le disparan a él. Cada vez está más claro por qué se ha ido Esperanza Aguirre".

ABC se derrite. "Aldabonazo del Rey contra el independentismo". "La voz de Don Juan Carlos se hace oír en el momento oportuno y expresa el sentimiento de una inmensa mayoría social", dice roto de emoción. Sobre Carrillo escribe Ignacio Camacho y se siente generoso. "Fue un personaje poliédrico y difícil, astuto y tenaz, que tuvo el decisivo privilegio de acertar una vez después de haberse equivocado muchas". Ya, Camacho, es que en 97 años de vida te da tiempo a un montón de cosas. José María Carrascal se enzarza en un debate sobre Espe con su vecino de columna Melchor Miralles. "Esperanza Aguirre se va por lo que ha dicho, pese a los resentidos, envidiosos y chismorreros" que hablan de "discrepancias" con Rajoy, y "no lo ha dicho claro porque no quiere que la compadezcan", sentencia. "Se ha echado a un lado porque no comparte la acción de Gobierno de Rajoy", le discute el chismorrero Miralles.

La Razón entra en éxtasis. "Mensaje del Rey a la nación por la unidad de España". Un mensaje además que "aunque no sea novedoso, sí suena distinto", dice Marhuenda con su habitual agudeza. El periódico de Planeta se siente generoso con Carrillo y le da una de cal y otra de arena. "Se le debe reconocer su papel realista y conciliador" pero "tampoco han de olvidarse los episodios menos ejemplares". Carlos Robles Piquer le debió de conocer más de cerca y no se siente con ánimo de templar gaitas. "¡Descanse en paz quien seguramente no la disfrutó mucho en vida... ni siempre permitió a otros ese disfrute!", que viene a decir algo como así te pudras en el infierno, c...

Ussía es otro de los desconsolados con la dimisión de Aguirre y también quiere aportar su granito de arena a desentrañar el misterio. "Se va hasta el moño (...) Su dimisión solo puede responder a la extenuación en el hartazgo, a la desilusión diaria que le procuran los mediocres de su partido (...) se ha ido emocionada, cumplida, triunfadora y profundamente cabreada".

Tampoco La Gaceta se resiste al embrujo del Rey. "El Rey se erige en garante de la unidad". "Solo elogios merece esta iniciativa regia", dicen con los pelos como escarpias. Tan emocionados están que perdonan la vida –es un decir- a Carrillo. Lo de Paracuellos, claro, pero "el balance también merece destacar su aportación a la concordia". Si Carrillo levantara la cabeza le daba un patatús.

El País es, con diferencia, el que más llora la muerte de Carrillo, "el político de la reconciliación", "decisivo para la paz" y "hombre de Estado". Y en el editorial, pelillos a la mar, "más allá de polémicas sobre sus actividades y responsabilidades durante la guerra civil", que ellos nunca se meten en esas disputas estériles, fue un tío genial.

La carta del Rey les ha sentado como una patada en el estómago. No hay editorial, ya llegará cuando se les pase un poco el pasmo, pero los capones le llueven en la información. "Don Juan Carlos entra en el debate político". El rey "entró de lleno en el asunto más relevante y delicado de la política española" y "muchos diputados consideraban ayer que este mensaje puede ser contraproducente". Esperamos ansiosos las tortas que Prisa le tiene preparadas. Que se vaya preparando Su Majestad.

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