Tal día como hoy, 14 de septiembre, pero de 2011, Libertad Digital publicaba el destino anhelado por Zapatero al dejar la Presidencia del Gobierno: "Ser supervisor de nubes". Lo desveló en un acto en La Moncloa para imponer la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort al catedrático José Manuel Otero Lastres, profesor suyo y también de Rajoy. Para el expresidente del Gobierno: "El mejor destino es el de supervisor de nubes acostado en una hamaca y mirando al cielo". Esta frase no es de Zapatero, es de Ramón Gómez de la Serna, pero se le ocurrió al entonces jefe del Ejecutivo al recordar un libro de Otero Lastres titulado La nubes pueden ser gemelas.
Choca que él, que en septiembre de 2011 daba sus últimos coletazos al frente del Gobierno de España, dijera que le gustaría ser supervisor de nubes. Choca porque la frase está enmarcada en un contexto de grave crisis económica, con más de 5 millones de parados que anhelan un puesto de trabajo, aunque sea supervisando el cielo si es a cambio de un salario, aunque fuera el mínimo interprofesional, esto es, 641,40 euros al mes. Choca porque Zapatero tenía en el horizonte un retiro dorado con tratamiento de presidente, apoyo diplomático en sus viajes al exterior e infraestructura a su servicio, con funcionarios a su cargo, seguridad, coche oficial y sueldo vitalicio, aparte de figurar como miembro nato del Consejo de Estado.
Pero ésta es una frase más de Zapatero para el recuerdo. Otra de las más célebres es la que pronunció en la Cumbre del Clima de Copenhague. Allí pudimos ver la faceta más poética del presidente del Gobierno cuando dijo que "la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento". Quién sabe si el expresidentes se creía que, como en la canción de Bob Dylan, la respuesta a todo está flotando en el viento.
Zapatero nos reveló su deseo cerca de su despedida del poder. Su profesor, José Manuel Otero Lastres, que vaticinó que 'Z' llegaría a ser 'ZP', seguro que no imaginaba que lo que Zapatero quería no era presidir España si no examinar las nubes.