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Andalucía repone los contenidos originales de Educación para la Ciudadanía

El Ejecutivo andaluz ha aprovechado el margen del 35 por ciento del currículo educativo del que disponen las autonomías. No será la única.

El Ejecutivo andaluz ha aprovechado el margen del 35 por ciento del currículo educativo del que disponen las autonomías. No será la única.

La Junta de Andalucía ha cumplido lo anunciado por la consejera andaluza de Educación, Mar Moreno, allá por el mes de mayo cuando se reunieron en el Ministerio con Juan Ignacio Wert. Entonces Moreno, muy molesta por los cambios que había introducido el ministro en la asignatura de Educación para la Ciudadanía, aseguró que la Junta corregiría la parte que le corresponde porque, según la socialista, estas modificaciones se "alejan de la Constitución".

Y así lo ha reiterado este mismo miércoles. Moreno ha señalado que va a reponer este curso los contenidos originales de Educación para la Ciudadanía tras la "poda" realizada por el Gobierno del PP, que aplicó una reforma "regresiva" a favor de los criterios "más conservadores".

Para ello, la consejería publicará dos órdenes, una para Primaria y otra para Secundaria, y también se enviará una circular a los centros educativos con las pautas para impartir la asignatura; más adelante se les remitirá el nuevo material didáctico que se sumará a los libros que ahora tienen los docentes.

La consejera ha reiterado que los contenidos que quieren reponer en Andalucía están validados por el Tribunal Supremo y ha denunciado que el ministro de Educación intentó "burlarlos" con su reforma.

Los contenidos repuestos

Algunos de los contenidos repuestos son, según Moreno, el cuidado, respeto y aprecio de los espacios comunes, el carácter redistributivo de los impuestos, la cooperación internacional y al desarrollo, la identidad personal, las emociones, los sentimientos y la pluralidad social, familiar y religiosa.

"No entendemos muy bien por qué al PP le molesta que en las aulas se hable de la desigualdad de las mujeres, de la diversidad religiosa, familiar y social que hay en el mundo real", ha señalado la consejera antes de indicar que los contenidos que se recuperan son constitucionales, están en el Estatuto de Autonomía y sintonizan con la mayoría de la sociedad.

El presidente de la Fundación Educativa y Asistencial Cives, Victorino Mayoral, por su parte, dijo en la misma rueda de prensa que la decisión de la Junta respecto a Educación para la Ciudadanía es "una gran noticia" ante la visión "más conservadora" aplicada por el Gobierno del PP.

Mayoral ha dicho que es "elemental, básico y fundamental" recuperar los contenidos quitados por el PP, cuya reforma "abre el camino para el adoctrinamiento", elimina la "pluralidad" y no acaba con la "batalla" que se emprendió cuando el PSOE decidió crear la asignatura.

El País Vasco y la vuelta de tuerca de Cataluña

De esta forma, Andalucía es la primera comunidad que repone el cien por cien de los contenidos anteriores a la reforma del PP, y para hacerlo aplica el margen del 35 por ciento del currículo educativo del que disponen las comunidades, ha afirmado la consejera.

No obstante, no es la única comunidad que mostró su rechazo radical a la reforma. El País Vasco y Cataluña también lo hicieron. La consejera vasca, Isabel Celaá, mostró, también en el mes de mayo durante su reunión con el ministro, su total desagrado con la medida. Consideró "inaceptable" que eliminen la referencia "al diálogo" como elemento para "solucionar conflictos", la "cultura de la paz" o la empatía", manifestó. Según Celaá, estos cambios se producían para "dar satisfacción a la derecha más recalcitrante".

Cataluña fue más allá. La consejera catalana, Irene Rigau, que ayer se asistió a la marcha independentista de la Diada, anunció que la Generalidad incluirá entre los contenidos de EpC cuestiones tales como "cuál es la capacidad de las competencias del Tribunal Constitucional"; "qué quiere decir interpretar una ley; la historia de los estatutos en Cataluña, cuándo surge su necesidad, cuál es el debate, cuáles son los procesos", y "las diferencias entre los textos votados y los textos implantados", entre otras cosas. Rigau sí consiguió de esa reunión una victoria: suprimir la expresión "nacionalismo excluyente".

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