Un obstáculo para Prisa llamado Jiménez de Parga

La noticia que concita la atención de más editoriales es la sentencia del Tribunal Constitucional que rechaza el recurso presentado por el Gobierno vasco contra la Ley de Partidos. Todos los diarios -excepto La Razón- le dedican un comentario en los que remarcan, si bien con intensidad muy distinta, lo malparado que han quedado los nacionalistas y el Gobierno vasco contrarios a esta ley que puede servir de marco para la ilegalización de Batasuna.

El más crítico con los nacionalistas es ABC, seguido de El Mundo y La Vanguardia. El reproche más suave la reciben los nacionalistas del editorial de El País que se limita a decir que el "unánime" rechazo del Constitucional "resta credibilidad al discurso del nacionalismo vasco sobre la inconstitucionalidad de la ley". Es más, El País señala esto en un segundo plano, porque la primera lectura que hace su editorialista de esta sentencia es la de decir que la unanimidad "alivia en parte el efecto de la increíble faltra de sensibilidad del presidente del tribunal, Manuel Jiménez de Parga, al no abstenerse en las deliberaciones, como querían cinco de sus miembros, después de su frívolo pronunciamiento público a favor de la ilegalización de Batasuna".

La ojeriza de El País contra el actual presidente del Constitucional la deja esta vez en evidencia hasta La Vanguardia cuyo editorial ni siquiera hace referencia por su nombre al magistrado. El diario catalán se limita a señalar -solo tras desarrollar una larga refutación de las tesis de los nacionalistas vascos- que "sobran las descalificaciones según las cuales el TC actúa al dictado del Gobierno. Con frecuencia se critican posiciones tomadas por el Constitucional atribuyéndole motivos espúreos. En ocasiones, la incontinencia verbal de algún magistrado ha podido dar pie a esas críticas, pero esto no quita legitimidad a las sentencias emitidas desde el alto tribunal".

Es evidente, pues, que El País no quiere que la unanimidad con la que el Constitucional ha rechazado el recurso sirva para reforzar la figura de Jiménez de Parga. Y eso, aunque lo oculte El País, no es tanto por la conocida postura contraria a Batasuna de este magistrado sino a su también conocido criterio contraril al concepto de los nacionalistas de España y su rechazo al federalismo asimetrico que impulsa Maragall. A El País no le importa que Batasuna quede fuera del marco legal -de hecho, aunque sea tardíamente y con la boca pequeña, este diario respalda la ilegalización. Lo que preocupa a Prisa es que Jiménez de Parga sea un obstáculo para el nuevo estatuto para Cataluña reclamado por el PSC y para los cambios en la Constitución que exigiría una alianza del PSOE con los nacionalistas.

Porque la "polémica" en torno a Jiménez de Parga no hacía referencia a Batasuna; por lo menos, no la que ayudó al PNV a recusarlo y que se produjo inmediatamente antes de la votación que en el seno del Constitucional rechazó, por seis votos contra cinco, la necesidad de que el presidente se abstuviera en las deliberaciones. Esa polémica fue entorno a una conferencia de Jimenez de Parga en la que el magistrado cuestionó la distinción entre comunidades históricas de las que supuestamente no lo son y en las que el presidente del Constitucional hacía una clara defensa de la "soberanía de la nación española" y de "la igualdad ante la ley de todas las autonomías".

Esto es lo que provocó la "polémica" y el linchamiento editorial de El País y la prensa nacionalista, con el inestimable concurso de los "tontos útiles" de La Razón y El Mundo. Fue tal el clima de opinión creado contra este prestigioso jurista que, sólo por un voto, no se le obligó a abstenerse en las deliberaciones.

El País, con menos honestidad, pero con mucha más inteligencia que La Vanguardia, no quiere que este capítulo de Batasuna refuerze a Jiménez de Parga en todo lo demás. La sombra de la duda debe seguir a este magistrado. Porque la ilegalización de Batasuna no es la única causa que puede pasar por las manos del máximo tribunal, sino que también puede hacerlo los nuevos estatutos y las "asimetrias autonómicas" que ya impulsa Maragall y que también reclamarían futuros acuerdos postelectorales entre el PSOE y los nacionalistas. Sólo un voto de diferencia en contra no es razón para El País para dar la batalla por perdida...

Resumen de prensa

Cada diario destaca este viernes una noticia diferente en sus principales titulares de portada si bien todos hacen referencia al conflicto de Irak. El Mundo abre su portada diciendo que "la guardia civil teme atentados de grupos islámicos por el apoyo a Bush". El principal titular de ABC dice "EE UU, dispuesto a iniciar el ataque ante la confusión que atenaza al Consejo de Seguridad". El País dice que "Chirac exige a Bush que retire el ultimátum para negociar un acuerdo". La Razón dice que "Francia ha apoyado a Sadam con inversiones millonarias pese al embargo de la ONU". Finalmente, el principal titular de La Vanguardia dice que "Bush aplaza el voto pero ya tiene las tropas a punto".

El Mundo, ABC y El País destacan que el Tribunal Constitucional rechaza que la disolución de un partido tenga carácter punitivo.

Algunas portadas siguen haciéndose eco del asesinato del primer ministro serbio, Zoran Djindjic. Así, ABC destaca la detención de más de doscientos sospechosos mientras El País dice que "Serbia declara la guerra a las mafias tras el asesinato del primer ministro".

El País y La Vanguardia destacan el choque de 250 vehículos en el que han muerto catorce personas en Italia a causa de la niebla.

ABC dice que "analistas reducen del 20 al 9 por ciento la prima sobre Iberdrola". La Vanguardia destaca que "el Gobierno mantiene la ley de opas que prima a Repsol. El País dice que "El Consejo de Europa censura a España por desoir sus recomendaciones contra la tortura". Este diario también afirma que "el 80% de los contartos de obras del AVE acumulaba en 2001 retrasos de hasta 15 meses". La Razón, por su parte, afirmaba que "Ibarretxe da 156 millones de euros al dictador Fidel Castro".

Finalmente, La Vanguardia lleva a portada su reportaje sobre Congo, la guerra olvidada" y hace refererncia al artículo que Oriana Fallacci ha publicado en The Wall Street Journal en el que la escritora italiana hace un durísimo alegato contra los pacifistas.