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Sacrificar a Israel en el altar del integrismo

Todos los diarios a derecha e izquierda se dedican a linchar en sus editoriales al reelegido Ariel Sharon, que ayer fue el más votado en unos comicios en los que los laboristas cosecharon la mayor derrota electoral de su historia.

“Sharon, candidato del miedo” o “Más Sharon, menos futuro de paz” son algunos de los titulares de los editoriales que reflejan por sí solos la animadversión de los diarios españoles contra el dirigente judío, al que no perdonan que combata militarmente al terrorismo islámico que desangra a Israel, desde hace décadas, como a ninguno otro país del mundo.

Todos los diarios empiezan por reprochar a Sharon que haya “prometido aquello que no ha sido capaz de cumplir: proporcionar seguridad. Ni siquiera —continúa el editorial de El Mundo— el estado lamentable de la economía —con la peor recesión de los últimos años— ha sido capaz de desviar de Sharon el voto de unos ciudadanos que viven en un estado permanente de miedo que les impide cosas tan elementales como pasear por las calles o sentarse a tomar un café”.

¿Por qué les parece pues tan raro a nuestros medios de comunicación que cuando los israelíes consideran —con toda razón, dicho sea de paso— que es su propia supervivencia física lo que está en juego, dejen en un segundo plano la recesión económica? ¿No está, por otra parte, esta crisis económica fundamentalmente relacionada por el enorme esfuerzo bélico que tiene que hacer Israel para combatir ese intento de genocidio de quienes, como admite La Razón, quieren “echar a todos los judíos al mar”?

En cuanto a la reiterada cantinela esa de que los atentados demuestran el error de la política de Sharon, ¿acaso los terroristas palestinos han empezado a matar judios a raíz de la llegada al poder del Likud? ¿Acaso El Mundo considera que los ciudadanos israelíes no tienen razón cuando su editorialista dice que “la población considera que fueron las concesiones del gobierno laborista de Barak a los palestinos las que causaron el detonante de la última Intifada y promovieron los comandos terroristas suicidas que han asesinado a 700 israelíes”?

Si en algo hay que matizar esta impresión de los israelíes señalada por El Mundo, sólo es en beneficio de la política de Sharon pues, como se ha sabido más tarde, Arafat ya ha había ordenado el inicio de esa “última” —que no primera— intifada mientras jugaba a buscar la paz en una negociaciones con los israelíes en las que Barak estuvo dispuesto a conceder el 98 por ciento de las aspiraciones de los palestinos.

Jamás, por otra parte, ha sido Sharon tan pretencioso como para asegurar que con él en el Gobierno los israelíes tienen garantizada su seguridad. A lo que se ha comprometido es que en la búsqueda de esa seguridad, Israel no volverá a caer en el error de hacer concesiones políticas a los palestinos mientras sus terroristas sigan asesinando. Si no bastara con recordar que las matanzas de los civiles israelíes se han producido antes y después de la llegada de Sharon al poder, habría que añadir que ningún inglés perdió la vida durante la política de apacaciguamiento de Chamberlaín ante Hitler. ¿Habría que decir por ello que las muertes de compatriotas que sí asumió Churchill demuestran que la búsqueda de la seguridad para su país combatiendo a los nazis era la equivocada?

Dice El Mundo de Sharon con la pretensión de descalificarlo que “es partidario de la ocupación militar y se niega a hablar de paz si no terminan los atentados”. Pero ¿como se puede hablar de “paz” en presencia de atentados? La verdadera paz sólo se logra combatiendo a los terroristas sin caer en la ilusión de crerse que haciendo concesiones estos van a dejar de matar. Y perdonen los lectores esta perogrullada pero, como ven, en el caso de Israel se cuestiona hasta la lógica más elemental...

El panorama que ofrecen el resto de editoriales es bastante peor. Respecto a El País, su editorialista considera que “para quienes creen que Israel no cambiará su visión de los palestinos ni su política expansionista —las elecciones de ayer se celebraron con los reocupados territorios cerrados a cal y canto— el triunfo del Likud es la confirmación de sus peores temores. El primer ministro revalidado promete, sin embargo, tiempos nuevos. Vistos los antecedentes —continúa el editorial— nadie de buena fe puede creer que Sharon esté dispuesto a convivir con un Estado palestino, como ha asegurado a su partido antes de los comicios, siguiendo el eco de su supremo aliado y valedor George Bush”.

Empieza El País calificando de “expansionista” una ocupación que el Gobierno de Sharon siempre ha considerado transitoria, pues sólo se trata de una respuesta a los ataques terroristas que desde esos territorios se han lanzado contra Israel. El propio editorialista recuerda que estos territorios son “reocupados”, lo cual significa que no obedecen a un deseo expansionista. ¿Acaso el ejército israelí no “desocupó” ya voluntariamente esos territorios, o pretende hacernos creer El País que fueron los heroicos soldados palestinos los que repelieron entonces esa ocupación?

Respecto a que El País no se crea la disposición de Sharon a convivir con un Estado palestino, lo podemos atribuir a la mala fe de su editorialista. Sólo cabe calificar de simple mentira que diga que esa disposición es “nueva”. Sharon, no ahora, sino siempre ha estado dispuesto a esa pacífica coexistencia. Si prácticamente todos los medios de comunicación silencian que Sharon mostró esa misma disposición hace unos años en su vista a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y, en lugar de ello, dicen que el entonces dirigente de la oposición lo que quería entonces era provocar a los palestinos, ustedes dirán. En cualquier caso, lo que ni antes ni ahora va a hacer Sharon es entregar un Estado a los palestinos mientras estos no garanticen el final de las matanzas. Pero a la vista está. Arafat no ha acabado con los atentados —de hecho no ha dejado de alentarlos— y sin embargo al que desacreditan nuestros medios de comunición es a Sharon...

Aunque todos los diarios apuntan a lo mismo, La Razón es el diario que más claramente ha tratado de convencer de que Sadam Husein sólo es una amenaza para los judios, por lo que Occidente no debe asumir su responsabilidad y acabar con él. En el caso de su editorial de hoy ya no cabe denunciar meramente su desatado antisemitismo sino la falta de coherencia en temas que nada tienen que ver. Así, considera que el histórico fracaso de los laboristas se debe a que estos “pagan ahora sus diferencias internas y la política de colaboración activa con el likud”. Ciertamente los electores han pasado factura a los laboristas por sus divisiones internas, pero porque estas les llevaron a dejar solo a Sharon en el Gobierno. ¿Cómo puede alguien hacernos creer que los israelíes han dado la victoria al Likud porque los laboristas apoyaron en su momento al Likud?” Que venga Alá y nos lo explique.

ABC también contribuye al bochornoso espectáculo que ofrecen los editoriales de prensa al criticar a Bush por no “atar las manos” de Sharon en unos momentos en los que EE UU pretende acabar con el régimen de Sadam Hussein. Advierte acertadamente que “es inevitable unir los dos conflictos”, pero extrae las conclusiones opuestas que también dictaría la lógica más elemental ante la puesta en relación de ambas cuestiones. Si el terrorismo islámico ha puesto en su diana a los “infieles”, tanto judíos como cristianos, ¿cómo es posible que ABC niegue el derecho de Israel a combatir en Palestina el terrorismo cuando sí reconoce ese derecho a Estados Unidos en Afganistán o ahora en Irak? Dice que hay que relacionar ambas cuestiones, pero silencia que Sadam Husein ha estado financiando a los grupos terroristas que desangran Israel y que llegó incluso a bombardear a los judíos con misiles escud hace poco más de una década.

La lógica de ABC es totalmente perversa. En lugar de defender la intervención militar contra Sadam no sólo por lo que afecta a la seguridad de Estados Unidos sino también como un acto de solidaridad con Israel y su lucha antiterrorista , considera que “EE UU debe refrenar a su aliado mientras dure la guerra”. ¿Y se puede saber por qué este diario concede a Estados Unidos un derecho para hacer una guerra que no concede a Israel? ¿Se cree la liebre que está a salvo por lo que diferencia a galgos y podencos? Lo que ABC pretende también, dejémonos de eufemismos, es que los judios paguen la factura de la ofensiva contra el terrorismo. Como este diario sabe que la comunidad internacional es reticente a una intervención en Irak a pesar de que Sadam no es sólo una amenaza para Israel, pretende que EE UU logre el consenso obligando a Israel a ser pasivo ante el terrorismo palestino.

ABC pretende hacer ver a Estados Unidos que forzar a Israel a dejar de combatir militarmente el terrorimo palestino y, en lugar de ello, reclamarle concesiones políticas, es "una solución justa al conflicto palestino". Y es que “Dar una zanahoria al mundo árabe tras la abusiva política israelí y la para casi todos injustificada guerra contra Irak, es una cuestión de sentido común y de acierto estratégico” concluye este periódico en defensa de lo que, en realidad, es una es una abyecta cobardía.

Resumen de prensa

La amplia victoria de Sharon en las elecciones celebradas en Israel y la crisis iraquí se reparten los principales titulares de prensa de este miércoles. El Mundo dedica dos titulares a esta última cuestión en los que, por una parte, destaca que “el Gobierno sostiene que existen ya motivos suficientes para atacar Irak” y, por otra, señala que “EE UU asegura que mostrará las armas prohibidas de Sadam en fotos de satélite”. El principal titular de El País, sin embargo, da prioridad a la disposición de Aznar de explicar en el Congreso su apoyo a EE UU contra Irak. Un pequeño titular de La Razón se limita a afirmar que “Bush arenga a su pueblo y lo prepara para la guerra”. La Vanguardia dedica su principal titular a destacar que “Bush aportará pruebas a la ONU contra Irak”.

Varios diarios destacan también las declaraciones del dirigente batasuno Arnaldo Otegui que ha acusado al PP de manipular las votaciones de Operación Triunfo para que ganara una vasca y las declaraciones de esta en las que la cantante vizcaína afirma que estaría encantada de poder llegar a representar a España en el Concurso de Eurovisión.

ABC y El Mundo llevan a portada la entrevista que el Príncipe de Asturias ha concedido a la agencia EFE con motivo de su trigésimo quinto cumpleaños en los que el Heredero de la Corona niega tener novia y en la que afirma tener “plena conciencia” de cuál es su responsabilidad en lo que afecta al matrimonio.

El Mundo, El País y La Razón hacen un hueco en sus portadas para destacar la detención de un colaborador de ETA que liberó la juez Alonso.

Un titular a dos columnas de El País afirma que “el Gobierno canario acusa a Interior de crear un gueto para inmigrantes en Fuenteventura”.

Finalmente, La Vanguardia sigue atendiendo en portada la alarma causada por los dos asesinatos cometidos en un parking de Barcelona destacando que “los vecinos del Putxet organizan su propia protección”.

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