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Sadam Husein trata de ganar tiempo anunciando una futura prohibición de armas de destrucción masiva

En una nueva estrategia para frenar un ataque de EEUU, Sadam Husein ordenó a su Parlamento que estudie una nueva ley que prohíbe la adquisición o desarrollo de armas de destrucción masiva, después de aceptar el regreso de los inspectores de la ONU. El equipo de expertos de la UNMOVIC y funcionarios de Bagdad se reunirán informalmente en Viena durante los primeros días de octubre.

LD (Agencias) De acuerdo con un comunicado de prensa de la Comisión de la ONU para la Verificación, Inspección y Vigilancia (UNMOVIC), que encabeza el sueco Hans Blix, se asegura que los legisladores iraquíes se han comprometido a estudiar la posible aplicación de una nueva ley que vendría a prohibir la adquisición y desarrollo de armas de destrucción masiva, exigencia planteada en varias ocasiones por el Consejo de Seguridad de la ONU que data de 1991. Por lo pronto, según se desprende de una reunión que ha sostenido Blix en la ONU con la representación que encabeza el general Usan Mohamed Amín, titular del Directorio Nacional para Investigaciones, los legisladores sometidos por Husein considerarán un proyecto de ley al respecto siguiendo los modelos que le entregara "próximamente" el equipo de desarme.

En el terreno práctico, la ONU e Irak han acordado mantener nuevos contactos en Viena a partir del 30 de septiembre. En la reunión que también en Nueva York ha sostenido Said Hasán, alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí, ambas partes acordaron reunirse en diez días para pactar las cuestiones logísticas que permitirán el regreso del equipo de expertos del organismo multilateral. Anteriormente, Said Hasán, alto funcionario del ministerio iraquí de Exteriores y que participó en las reuniones, declaró a la prensa que las dos partes acordaron volverse a reunir en diez días para finalizar los arreglos prácticos que permitan el regreso inmediato de los inspectores de desarme. En una breves declaraciones, el Ministro iraquí de Exteriores, Naji Sabri, dijo que "estamos preparados para movernos lo más rápido posible y establecer las fechas para empezar la aplicación inmediata de las inspecciones de desarme". Anteriormente, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, resaltó que Blix y su equipo de expertos estaban listos para reanudar su trabajo "tan pronto como fuera práctico".

Mientras, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se reunieron a puerta cerrada para analizar sus próximos pasos después de que Bagdad aceptara la reanudación de las inspecciones. Fuentes diplomáticas señalaron por el momento, el Consejo no ha recibido ningún borrador de nueva resolución y que con toda probabilidad, habrá que esperar hasta la próxima semana para que las diferentes Cancillerías hayan madurado el asunto. Sin embargo, ha quedado claro que la decisión de Bagdad de aceptar el regreso incondicional de los inspectores produjo las primeras divisiones entre los miembros del Consejo. La disparidad de criterios fue tan evidente que el propio Annan resaltó en presencia de los responsables de las diplomacias de Washington, Colin Powell, y Moscú, Igor Ivanov, la importancia de mantener la unidad de criterio dentro del Consejo respecto a Bagdad. Las discrepancias principales entre EEUU y algunos de sus aliados, como Gran Bretaña y España, y Rusia y otras naciones, como Irán o Siria, se refieren a la necesidad o no de aprobar una nueva resolución del máximo órgano de decisión de la ONU. Según el Gobierno estadounidense, la aceptación de los inspectores no cambia la necesidad de enviar un mensaje claro a Bagdad, en el sentido de que si no se desarma, tendrá que atenerse a las consecuencias: un ataque.

Powell insistió en que el Consejo debe lograr una resolución que imponga condiciones "duras y sólidas", porque el problema con Iraq no se limita a la cuestión de los inspectores, sino que tiene que ver también con "el desarme, la represión de las minorías y el terrorismo". Rusia, empero, estimó que lo más importante en este momento es reanudar cuando antes las inspecciones para comprobar si, como dice Washington, Iraq oculta o esta intentando lograr armas de destrucción masiva, algo que rechaza Bagdad. "Desde nuestro punto de vista no necesitamos una resolución especial", dijo Ivanov, quien consideró que el cambio de actitud iraquí es una "buena oportunidad" que la ONU debe aprovechar con rapidez y urgencia.

La labor de confirmar el desarme de Irak está encomendada a dos equipos internacionales, la UNMOVIC, dirigida por Blix, y otro de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). El equipo especializado en armas biológicas y químicas -las dos áreas que Washington estima más peligrosas- cuenta con 63 expertos de 27 nacionalidades que han pasado los últimos dos años especializándose en la información disponible sobre Bagdad.

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