L. D. / EFE. Los terroristas esperaban al general para accionar el mando a distancia de la bomba. Tuvieron que verlo. Una bicicleta con una mochila era la trampa mortal que dejó a Justo Oreja malherido e irreconocible, tendido en la acera de la calle López de Hoyos de Madrid. Un mes después las quemaduras y las graves heridas sufiridas han desencadenado el peor desenlace. El general permanecía ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital de La Paz.
El funeral por el General Justo Oreja, de 62 años, ha comenzado a las 20,30 horas de este sábado en el Ministerio de Defensa. Al acto asiste el presidente del Gobierno, José María Aznar y numerosos dirigentes políticos.
El féretro del militar fue colocado en el patio central del edificio ministerial, y ha sido recibido por el titular de Defensa, Federico Trillo y altos mandos de las Fuerzas Armadas, tras lo cual comenzó el oficio, en el que también está presente el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero así como el subsecretario del Ministerio de Defensa, Víctor Torre de Silva, de cuyo departamento dependía profesionalmente el general de brigada fallecido, que ha sido condecorado por el Ejecutivo con la Gran Cruz del Mérito Militar a título póstumo.
El general Justo Oreja, que trabajaba en el Cuerpo Militar de Intervención del Ministerio de Defensa, será enterrado, por deseo expreso de la familia, en una ceremonia privada.
Justo Oreja, natural de Aldeavieja de Tormes (Salamanca), casado y con cuatro hijos, resultó herido en el atentado perpetrado por ETA el pasado 28 de junio a la altura del número 134 de la madrileña calle de López de Hoyos, en el barrio de Prosperidad, donde residía. Este atentado se produjo en torno a las ocho y media de la mañana. El general salía de su domicilio y resultó afectado por la explosión un paquete bomba colocado sobre una bicicleta que a su vez estaba apoyada en una farola. La explosión le produjo quemaduras en el 50 por ciento de la superficie de su cuerpo, con heridas inciso-contusas en extremidades, traumatismo craneoencefálico y ocular, y contusión pulmonar bilateral. También sufrió múltiples impactos de metralla, pérdida de audición y fractura de la muñeca izquierda. Al general se le practicaron una serie de injertos de piel en la mano y el muslo izquierdos, así como una limpieza en profundidad del resto de las zonas de su cuerpo que resultaron quemadas como consecuencia de la explosión.
El general Justo Oreja era licenciado en Derecho, Ciencias de la Información, rama Periodismo, y Ciencias Sociales. Oreja estaba en activo, destinado en el órgano central del Ministerio de Defensa. Pertenecía al Grupo Militar de Intervención y ascendió a general de Brigada el 3 de noviembre de 1997. Era también diplomado en la Escuela de Prácticas Jurídicas.
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El funeral por el General Justo Oreja, de 62 años, ha comenzado a las 20,30 horas de este sábado en el Ministerio de Defensa. Al acto asiste el presidente del Gobierno, José María Aznar y numerosos dirigentes políticos.
El féretro del militar fue colocado en el patio central del edificio ministerial, y ha sido recibido por el titular de Defensa, Federico Trillo y altos mandos de las Fuerzas Armadas, tras lo cual comenzó el oficio, en el que también está presente el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero así como el subsecretario del Ministerio de Defensa, Víctor Torre de Silva, de cuyo departamento dependía profesionalmente el general de brigada fallecido, que ha sido condecorado por el Ejecutivo con la Gran Cruz del Mérito Militar a título póstumo.
El general Justo Oreja, que trabajaba en el Cuerpo Militar de Intervención del Ministerio de Defensa, será enterrado, por deseo expreso de la familia, en una ceremonia privada.
Justo Oreja, natural de Aldeavieja de Tormes (Salamanca), casado y con cuatro hijos, resultó herido en el atentado perpetrado por ETA el pasado 28 de junio a la altura del número 134 de la madrileña calle de López de Hoyos, en el barrio de Prosperidad, donde residía. Este atentado se produjo en torno a las ocho y media de la mañana. El general salía de su domicilio y resultó afectado por la explosión un paquete bomba colocado sobre una bicicleta que a su vez estaba apoyada en una farola. La explosión le produjo quemaduras en el 50 por ciento de la superficie de su cuerpo, con heridas inciso-contusas en extremidades, traumatismo craneoencefálico y ocular, y contusión pulmonar bilateral. También sufrió múltiples impactos de metralla, pérdida de audición y fractura de la muñeca izquierda. Al general se le practicaron una serie de injertos de piel en la mano y el muslo izquierdos, así como una limpieza en profundidad del resto de las zonas de su cuerpo que resultaron quemadas como consecuencia de la explosión.
El general Justo Oreja era licenciado en Derecho, Ciencias de la Información, rama Periodismo, y Ciencias Sociales. Oreja estaba en activo, destinado en el órgano central del Ministerio de Defensa. Pertenecía al Grupo Militar de Intervención y ascendió a general de Brigada el 3 de noviembre de 1997. Era también diplomado en la Escuela de Prácticas Jurídicas.
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