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Más allá del tiempo: El curioso caso de Eric Bana y Rachel McAdams

Más allá del tiempo es una fantasía romántica protagonizada por Eric Bana y Rachel McAdams. Henry y Clare afrontan los problemas derivados de la enfermedad de él, un trastorno genético que le trasporta en el tiempo y que es incapaz de superar. ¿Podrá el amor entre ambos controlar esa fuerza?

Más allá del tiempo es una fantasía romántica protagonizada por Eric Bana y Rachel McAdams. Henry y Clare afrontan los problemas derivados de la enfermedad de él, un trastorno genético que le trasporta en el tiempo y que es incapaz de superar. ¿Podrá el amor entre ambos controlar esa fuerza?

Más allá del tiempo propone una mezcla insólita, un plus de agradable excentricismo para el gastado género del melodrama romántico. Los peculiares viajes en el tiempo del protagonista añaden un componente de ciencia ficción al amorío de los protagonistas bastante interesante, aunque a la vez dotan a la fantasía de una serie de inverosimilitudes que una puesta en escena demasiado convencional no puede resolver. El resultado es una película que no está lograda, pero que tampoco es estomagante.

Afectada del previsible exceso de sacarina, el guión de Bruce Joel Rubin (autor de los textos de Ghost y también director de la olvidada Mi vida), basado en la novela de Audrey Niffenegger, entona los lemas habituales de la novela rosa en su acepción más común. Además, el periplo temporal del protagonista, que ofrece momentos interesantes y descuelga ideas muy sugestivas, tiene más agujeros que un queso gruyere, lo que demuestra que ni Rubin ni Niffenegger deben ser ases a la hora de manejar las paradojas temporales de, sin ir más lejos, las marcianadas de la serie Perdidos.

Pero aquí entran el oficio y el sentimiento, ya que todos esos errores quedan parcialmente compensados por la impersonal pero efectiva elegancia que el alemán Robert Schwentke imprime a la película, y sobre todo por la dignidad que dos buenos actores como Eric Bana y Rachel McAdams otorgan a sus personajes. Ninguno de los dos destila una química especial con el otro, pero ambos expresan perfectamente la magia, el entusiasmo y la tragedia que envuelve la historia de los dos amantes.

Schwentke hace una película apañada, se maneja para visualizar de forma elegante el trastorno temporal del protagonista, pero lo hace demasiado apegado a los resortes de un melodrama romántico que obvia la triste ansiedad que recorre la historia, comiéndose a bocados la excelente película que Más allá del tiempo podría haber sido. Al final, el resultado es discreto y no desagrada, pero tampoco convence.

En Chic

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