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La verdadera cara de Ghandi: bisexual, xenófobo y cruel

Una nueva biografía desvela la cara menos conocida de Mahatma Gandhi... enamorado del arquitecto judío alemán.

El ganador de un Pulitzer Joseph Lelyveld se planteó descubrir quién era la persona que se escondía detrás del personaje de Gandhi. Y desde luego, lo ha conseguido. En el libro Great Soul (Gran alma) indaga en la vida privada de ese pacifista indio al que le gustaban más los judíos alemanes que las mujeres desnudas. En concreto, su gran amor fue el arquitecto y fisioculturista alemán, Hermann Kallenbach

El Wall Street Journal presenta a Gandhi como "un bicho raro sexual, políticamente incompetente, de ideas implacablemente racistas, e incesante promotor de sí mismo". The New York Times concede gran credibilidad a su autor, ya que :"Lelyveld está especialmente calificado para escribir sobre la carrera de Gandhi a ambos lados del Océano Índico. Él cubrió Sudáfrica para The New York Times, y pasó varios años en la década de los 60 reportando desde la India. Él tiene el sano escepticismo de un reportero".

En definitiva, el libro de Lelyveld viene a confirmar que Gandhi era el arquetipo del intelectual progresista del siglo XX. Que profesaba su amor por la humanidad como concepto pero, en realidad, despreciaba al ser humano como individuo.

Lo más jugoso llega al revelarse algunas de las frases que el pacifista le dedicaba a su amante, al que conoció en Sudáfrica y del que se enamoró perdidamente. Tanto, que llegó a abandonar a su esposa en 1908. No obstante, su amor no llegó a buen puerto: Kallenbach y Gandhi vivieron juntos dos años en Sudáfrica, pero se vieron obligados a separarse a causa de la Segunda Guerra Mundial. Gandhi regresó a la India y a Kallenbach se le negó la entrada al país por el conflicto bélico.

La biografía cuenta que, a pesar de todo, siguieron en contacto por carta, donde el pacifista le confesó que consideraba a su ex esposa "la mujer más venenosa que he conocido".

En otro fragmento del libro, le escribe: "Tomaste completamente posesión de mi cuerpo. Esto es una esclavitud vengativa". Según el autor, Gandhi se había rebautizado "Cámara Alta" y a Kallenbach le decía la "Cámara Baja", y le había hecho prometer al fisicoculturista que no "mirara a ninguna mujer con lujuria". "No puedo imaginar una cosa tan fea como la relación de los hombres y las mujeres", dijo una vez a Kallenbach.

Pero hay otra relación aún más turbia, que narra el libro: la mantenida con su sobrina, de 17 años, cuando él sumaba 70. Él, desnudo, la abrazaba todas las noches.

Todo ello, en contradicción directa con la historia oficial. Esta cuenta que Gandhi se convirtió en un 'brahamachari' (célibe) cuando tenía 36 años. Como brahamachari, que normalmente se esperaba que evitaran todo contacto con las mujeres, sin embargo dormía con ellas. Entre los que dormían con él siempre se ha mencionado a Sushila Nayar, Kriplani Sucheta, Abha y Manu. 

Por otro lado, el libro de Lelyveld, también siembra dudas sobre el humanismo de Gandhi al subrayar sus comentarios xenófobos durante sus años en Sudáfrica a comienzos del siglo XX.

"Podíamos entender no estar clasificados con los blancos, pero situarnos al mismo nivel que los nativos sudafricanos era permitir demasiado. Kaffirs (como llama a los nativos de color de Sudáfrica) son por norma incivilizados. Son problemáticos, muy sucios y viven como animales", reseña Lelyveld en su biografía.

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