¡Casi! ¿No te fastidia?
Todos los pendejos tienen suerte, esa especie de tonelada de carne se lleva a ese bombón brasilero-germano-guaraní a hacer gilipolleces peligrosas y en lugar de romperse los morros y dejarnos sitio a otros con mayores y mejores méritos..., pues saca otro millón de cochinos dólares en publicidad. No hay derecho.
Puede que la fama los salvase, pero seguro que, si no fueran famosos, no habrían ido a ese río a hacer el indio.