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La Infanta Elena y Jaime de Marichalar, a punto de anunciar su divorcio

Según informa El Mundo, el divorcio de los duques de Lugo está a punto de anunciarse. Los abogados de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar ultiman un acuerdo que podría hacerse público este fin de semana. La Casa del Rey dice que no tiene constancia de que se haya alcanzado.

Según informa el diario, ambos ya sólo deben supervisar los últimos puntos para dar su visto bueno y enviar un comunicado final a través de Efe que finiquite las negociaciones que darán por terminado un matrimonio que duró doce años.

Según El Mundo, el anuncio es inminente: está previsto para el sábado, el domingo, o principios de semana como muy tarde. Ante la noticia, en portada del diario, la Casa del Rey ha transmitido a la agencia que no tiene constancia de que se haya llegado a acuerdo alguno y eluden cualquier otro comentario sobre la situación.

La condición de divorciada de la Infanta Elena, si finalmente se anuncia, no le permitiría rehacer su vida dentro del catolicismo. La única salida que le queda entonces a la duquesa de Lugo es la nulidad matrimonial Es por ello que el proceso podría llegar hasta la Santa Sede, en un caso que sólo ha tenido un único precedente en la monarquía católica hasta ahora, el de Carolina de Mónaco.

Según asegura el diario, ella asumirá la custodia de los niños y él pasará una pensión para su manutención. Por otro lado, el acuerdo contempla, según las fuentes de El Mundo, que él deje de ser Duque de Lugo, algo que se verá favorecido por el hecho de que el propio Jaime de Marichalar no ha exigido a cambio que se le conceda ningún otro título.

Según un experto en derecho canónico, "un divorcio y un posterior matrimonio civil la pondría de cara a la Iglesia en situación de concubinato, lo cual le impediría, por ejemplo, recibir la comunión. Para la doctrina católica, el matrimonio sigue siendo un sacramento indisoluble, y por tanto, no se puede romper".

La infanta tendía que demostrar que su matrimonio ha sido nulo y aportar pruebas de cara a ello, según El Mundo . La causa podrían entonces pasar de los tribunales españoles hasta los de la Santa Sede, al igual que el de Carolina de Mónaco y Philippe Junot, que el Papa tarrdó nada menos que 12 años en aprobar.

Las causas con las que la Infanta podría justificar la nulidad del matrimonio ante el Tribunal de la Rota son muchas y variadas, según el diario. Están agrupadas en dos grandes alas: los impedimientos y los vicios de consentimiento. Al parecer, los abogados de la Infanta se van a decidir por los segundos.

Este grupo alberga razones de todo tipo, y que se centran en la "incapacidad para asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica" -la más usada y la recomendada por los expertos para el caso-.

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