La gran mentira de Joaquin Phoenix
Hace meses el actor de Gladiator apareció en el show de Letterman literalmente reconvertido en un colgado. Con frondosa barba, gafas y aspecto de homeless balbucía que abandonaba Hollywood entregándose al hip-hop. Varios lamentables espectáculos después sabemos que Phoenix se ha quedado con todos.
Hollywood cuenta con un nutrido historial de superestrellas que han perdido la cabeza, y se han abandonado a las excentricidades más insólitas. Por ello, que Joaquin Phoenix apareciera en el show de David Letterman anunciando que "Hollywood había muerto para él" , fue un impacto, pero más por ver a quien antaño fuera el más atractivo emperador romano como un verdadero vagabundo con problemas de higiene; que por contemplar a otra estrella pataleando por llamar la atención con alguna extrañeza.
La cara de Letterman aquél día era todo un poema. Tenía sentado ante sí a un Joaquin Phoenix que sólo alcanzaba a balbucir palabras inconexas, y con poco sentido. "Ahora, mi futuro es el hip-hop" anunciaba. El actor, que acudía a la presentación promocional de la película de Two Lovers, acaba siendo uno de los vídeos más vistos de Youtube. El nuevo aspecto y trayectoria del exitoso actor fluye como la pólvora por todo internet. El colofón final se produjo unos meses después en Las Vegas con drogas y sexo de por medio: Joaquim Phoenix había perdido completamente la cabeza
Más de medio año de lamentos por su carrera perdida, especulaciones, y auténtico morbo en torno a su figura. Pero la semana pasada bajó el telón, y todo quedó al descubierto: la agencia de representantes WME (William Morris Endeavour) revela que había detrás de todo el espectáculo homelees: I'm still here: the last year of Joaquin Phoenix. Un documental falso- mockumentary- que dirige el cuñado del propio actor, Casey Affleck.
Una estrategia promocional sin precio, desde luego. Affleck siempre estuvo, cámara en mano, cerca de Phoenix cada vez que éste protagonizaba una burrada excéntrica. Gracias a eso, ha nacido el mockumentary, que continúa con la polémica. Los que ya lo han visto, mantienen la duda de si todo es un montaje o no. Aseguran que no queda claro al final de la proyección - tras varias escenas en las que el actor aparece esnifando coca y practicando sexo oral. Y más escatológico aún: supuestamente, un asistente llega a defecarle encima. Todo ello, con la colaboración del actor Ben Stiller.
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