In the loop: Diabólica elegía a la incompetencia del político

In the loop es un verdadero misil no sólo contra la política, sino hacia la propia naturaleza del ser humano. La guerra en Oriente Medio que motiva las acciones de sus protagonistas no es más que un mero McGuffin que el director y guionista Armando Ianucci utiliza con habilidad, proporcionando cierto sentido de la actualidad al film y facilitando la recepción de su mensaje, que podría resentirse por el enorme número de personajes y nombres que campan por su escenario.

Esto último podría calificarse como el único defecto de una bomba de profundidad a los adalides del talante bobo. La sucesión de nombres, personajes y situaciones pueden liar al más atento, pero la película de Ianucci lo compensa con gags verbales certeros, afilados y memorables, pronunciados por una serie de intérpretes cómplices que recitan una serie de frases cínicas e hilarantes de por sí. In the Loop carece también de comienzo, desarrollo y desenlace, y comienza cuando el meollo de la cuestión está ya bien avanzado, dejando un desenlace con solución de continuidad que tampoco tiene nada complaciente y que chapotea con gusto en ese aire de falso documental.

Huyendo de posicionamientos políticos claros, In the loop se lee mejor en clave de sátira política pero se disfruta en la línea del mejor humor inglés, ése que hunde sus raíces tanto en los Monty Phyton como en la serie Yes, Minister, y que bebe de logros actuales como los de The Office –versión Ricky Gervais, es decir, la inglesa- u otra serie desconocida por estos lares, The Thick of it, donde Ianucci ha desarrollado parte de su actividad previa.

In the loop señala con espiritu francotirador la triste tesitura del mundo actual, y nos expropia de toda esperanza de cambio. Es un film divertidísimo, de ritmo verbal trepidante, pero que deja con la sonrisa congelada. Y aparte de la presencia carismática de James Gandolfini, nos presenta un par o dos de personajes míticos, como ése tronchante e histérico jefe del gabinete interpretado por Peter Capaldi, capaz por sí solo de sustituir a cualquier batallón del Ejército.