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ESTRENO: 19 DE FEBRERO

El solista: No puedes salvar Los Angeles

El solista es uno de esos dramas ideados para ganarse el respeto de la Academia y el público. Un film basado en hechos reales que describe la relación de amistad entre el periodista del L.A. Times Steve Lopez y Nathaniel Ayers, un mendigo esquizofrénico con una sobrenatural habilidad musical.

El solista es uno de esos dramas ideados para ganarse el respeto de la Academia y el público. Un film basado en hechos reales que describe la relación de amistad entre el periodista del L.A. Times Steve Lopez y Nathaniel Ayers, un mendigo esquizofrénico con una sobrenatural habilidad musical.

El solista es otro de esos films ideados con la pretensión de hacerse con un par o más de buenos premios, y que al final no es para tanto. Aunque a modo de descargo, la película de Joe Wright resiste la comparación con Precious, otro drama con pretensiones que sí ha conseguido calar en las glándulas de espectadores y académicos, sin merecerlo en absoluto. A diferencia de aquella, El solista compensa con su correcto academicismo las ínfulas de denuncia social de la mediocridad de Lee Daniels, y sirve de contrapartida puramente hollywoodiense a los arrebatos indies de éste.

No me entiendan mal: El solista falsea igualmente la historia que cuenta y deja voluntariamente en la cuneta todos los aspectos que podrían resultar peligrosos para lograr sus objetivos. De ese modo, mastica la situación de los sin techo de Los Angeles y la convierte en un aspecto meramente funcional del relato, desdramatizando por el camino el conflicto real que es el verdadero trasfondo de la historia. Pero al menos lo hace en pos del entretenimiento del personal, y no en aras de un falso realismo.

Lo que no funciona en el drama de Joe Wright oscurece por momentos los logros básicos de la película, por otro lado un estimulante retrato de la belleza y fealdad de Los Angeles, verdadera jungla urbana cuya fealdad es capaz de absorber y ocultar dramas individuales, pero que a la vez está repleta de vida y atractivo visual. El Solista también puede presumir de contar con una (otra) buena interpretación de Robert Downey Jr, que remata un año brillante en lo profesional al estar en boca de todos y en varios de los éxitos comerciales del año. Downey Jr. (al que pronto veremos en Iron Man 2) aporta con su actitud histérica un sentido del humor y cierta extravagancia que se complementa a la perfección con el escenario de la ficción.

Pero la química de Downey Jr con Jaimie Foxx, que debería ser el aspecto fundamental del relato, no acaba de cuajar porque Wright se molesta demasiado en ocultar los evidentes intereses del personaje interpretado por el protagonista de Sherlock Holmes y la sólo correcta labor de su compañero de reparto, cuyo personaje nunca nos llega a interesar. Tampoco es de recibo que Joe Wright se permita salidas de tono que perjudican la autenticidad de la obra y desdibujen lo que podía haber sido un drama sentimental con afortunadas notas de humor. Las visiones oníricas y subjetivas que tratan de transmitirnos la pasión de Nathaniel por la música sólo consiguen sacarnos de la historia, y no arrojan luz sobre la enfermedad del protagonista.

Si añadimos algunas notas nostálgicas sobre la peligrosa situación de la prensa escrita (al igual que La sombra del poder, El solista comienza en la rotativa de un periódico), podemos afirmar que los aspectos que componen el trasfondo del film resultan mucho más interesantes y vivos que su historia central.

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