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Crónica de un engaño: Banderas y Neeson en un thriller sin pedigrí

Basada en un relato de Bernard Schlink, autor de la novela en la que se basó El lector, el film nos presenta a Peter (Neeson), un hombre lanzado a la búsqueda de su mujer, desaparecida tras décadas de matrimonio. Peter se presenta en Milán para descubrir quién es el misterioso hombre con el que ella le engañó…

Basada en un relato de Bernard Schlink, autor de la novela en la que se basó El lector, el film nos presenta a Peter (Neeson), un hombre lanzado a la búsqueda de su mujer, desaparecida tras décadas de matrimonio. Peter se presenta en Milán para descubrir quién es el misterioso hombre con el que ella le engañó…

Crónica de un engaño (traducción libre mucho más pobre que el título original, "The other man") empieza regular pero presenta algún indicio de posible mejoría. El tono onírico y apesadumbrado de su comienzo nos promete un thriller romántico con vahos psicológicos y una atmósfera melancólica y atractiva. Pero desgraciadamente, nada de esto acaba materializándose, y el asunto se queda en una narración mustia carente de suspense y de genuino dramatismo.

Richard Eyre, hombre de teatro y responsable de Diario de un escándalo, fracasa tanto a la hora de desarrollar el guión como la puesta en escena, y eso que material tampoco le faltaba. Lo que más sorprende, dada su trayectoria, es su falta de tino a la hora de exprimir a sus actores. A Liam Neeson y Antonio Banderas, únicas posibilidades de aportar algo al asunto, sólo les exige sus posturas habituales (apesadumbrado el primero, apasionado latino el segundo) sin ofrecer a los intérpretes posibilidad de verdadero lucimiento.

Anulado pues el componente dramático, a Eyre le quedaba la posibilidad de salvar el barco explotando la demencia del protagonista. Ni siquiera aquí acierta a desarrollar un thriller apañado, y el espectador se queda esperando un duelo interpretativo entre Neeson y Banderas que nunca llega. Y la sorpresa del final tampoco es tal cosa, debido a la timidez con la que Eyre trata los fuegos de artificio de su guión.

Queda, eso sí, la aportación de una actriz tan solvente como Laura Linney como el desaparecido objeto de deseo, la sólo apuntada reflexión acerca de la naturaleza del amor, y cierta tristeza trágica aportada por los escenarios y algunas imágenes. Pero Crónica de un engaño carece de intensidad, es un film blandito que no ofrece ningún desafío, y que nos hace preguntarnos en qué fase del proceso se quedó la película que Richard Eyre quería realmente hacer.

En Chic

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