Dos llamadas al 911 (el número de Policía y emergencias estadounidense) el jueves a primera hora de la mañana alertaron de que algo no marchaba bien en la mansión de Sheen en Beverly Hills, según informa Radar Online.
Los médicos que acudieron estuvieron tan sólo 10 minutos dentro de la vivienda, tras lo cual sacaron al actor "inconsciente" en una camilla y le trasladaron urgentemente al hospital, acompañado por dos mujeres.
Desde entonces ha permanecido ingresado, con la compañía de sus padres -Martin Sheen y Janet Templeton- y su ex mujer Denise Richards, que se encuentran "muy preocupados" por su estado de salud.
Según informa TMZ, Sheen habría ordenado que le llevaran a casa "un maletín lleno de cocaína", que habría estado a disposición de los invitados durante las 36 horas que duró la celebración.
El protagonista de Dos hombres y medio estuvo esnifando la droga "durante varias horas", hasta que empezó a sentir "dolores abdominales severos", según ha informado a People su representante Stan Rosenfeld.
El actor parece tener una afección del sistema digestivo derivada del abuso de sustancias, posiblemente "una úlcera", pero los médicos aún le están realizando más pruebas para determinarlo con exactitud.