(Libertad Digital) Según explica este periódico, el músico estaba dolido porque El País no había anunciado su recital en el Palacio de Congresos. "Gracias Madrid. Parece que esto no es suficiente para la revista de mierda de los viernes de El País, que al parecer ya no nos hace caso“. Y añadió: “Perdón, perdón… pero lo tenía que decir. Fascistas encubiertos".
Y es que el músico, de fama internacional y especialmente querido en España, no tiene pelos en la lengua. Sus críticas al diario no se quedaron ahí. Según Público, Calamaro señaló: "Para El País, en un lado está Serrat y en el otro Amaral. Y en el medio no hay nada: ni Urrutia, ni Loquillo…", comentario que fue respaldado con una cerrada ovación.
Varias canciones después sentenció: "Quizás a alguien le han incomodado las críticas al País, pero qué quieren que diga de una empresa que editaba los manuales de texto del franquismo", en relación a los libros de la editorial Santillana.
Aún le quedó tiempo para una última crítica más: "Quiero que me perdone el crítico de El País, él no tiene culpa de nada. Escribe para El País y luego escribirá para el Rockdelux. Hay cosas peores", dijo con gran ironía.
Este lunes, en su blog, se reafirma en lo dicho, eso sí, un poco más sereno. "Confieso que en pleno uso de mis facultades fui sincero con mis convicciones (...) para romper el hielo no se me ocurrió nada mejor que despacharme contra los molinos de viento como un auténtico don quixote, suponiendo que la gente podria pensar que estaba disgustado por alguna razón en concreto". Y reconoce: "Estamos de acuerdo que no fue un discurso progre ortodoxo".