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Springsteen cumple 60 años

Bruce Springsteen, uno de los mayores símbolos de EEUU, cumple 60 años, embarcado en la gira por su último trabajo, "Working on a dream", donde agolpa ilusiones y nuevas esperanzas para su país.

El "Boss", con millones de fans en todo el mundo, parece estar más de moda que nunca. No le basta con ser el autor de uno de los álbumes más vendidos de la historia ("Born in the USA", 1984), ganar el Óscar (por "Streets of Philadelphia", 1994) o canalizar las emociones tras el 11-S en un poema lleno de optimismo y espiritualidad ("The Rising", 2002).

Su actual gira, que lleva el nombre de su último disco y que concluirá en noviembre, ha vendido más de dos millones de entradas y en ella ha habido cabida para algunas sorpresas, como la que supuso que el pasado domingo interpretase, en Chicago y junto a su inseparable E Street Band, todo el disco "Born To Run" del tirón.

Y es que el "Boss", que de pequeño soñaba con ser jugador de béisbol, nació para el directo. La esencia de Springsteen está en los escenarios, donde derrocha energía, sentimiento y espectáculo.

"¡Vamos a hacer que el estadio se venga abajo!", gritó el "Boss" en su último concierto en Los Ángeles (California). "Pero también vamos a construir. Vamos a eliminar el miedo y a construir sobre el amor. A quitar la tristeza y construir sobre la felicidad. A erradicar la duda y construir sobre la fe", apostilló.

Springsteen, qué duda cabe, es una gran estrella del rock, pero no responde al arquetipo de la celebridad transformada por la riqueza, la fama y el dinero, como fue el caso de su ídolo, Elvis Presley.

"La música me salvó", dijo a la revista "Time" en 1975. "Si no hubiera encontrado la música, no sé qué habría hecho. Nunca fue un hobby para mí, siempre lo vi como una razón para vivir", añadió.

Su extensa trayectoria, que comenzó en 1973, incluye 16 discos de estudio. En muchos de ellos ha participado su esposa, Patti Scialfa, integrante de la E Street Band, con quien se casó en 1991 y con la que ha tenido tres hijos.

Era el segundo matrimonio para Springsteen, que anteriormente estuvo casado con la modelo Julianne Phillips, de quien se divorció en 1988.

El éxito le llegó pronto al "Boss" de la mano de "Born to Run", su tercer trabajo musical, con temas tan populares como el que dio nombre al disco o "Tenth Avenue Freeze-Out", y se ha mantenido en lo más alto a pesar de algunos socavones de ventas en el camino, como supuso "The Ghost of Tom Joad" (1995), que sólo llegó al undécimo puesto de las listas de éxitos en EEUU.

Entre sus discos más destacados se encuentran "The River" (1980), "Tunnel of Love" (1987) o Devils & Dust (2005), el antepenúltimo álbum de este artista ganador de los premios Grammy, Emmy y Globo de Oro, gracias a temas como "Dancing in the Dark", "Code of Silence" o "Radio Nowhere".

En diciembre además recibirá el homenaje por parte del Kennedy Center, de Washington, "por haber contribuido significativamente a la vida cultural" de EEUU y del mundo.

Y lo que le queda. Porque al contrario de otras celebridades que sucumbieron a las mieles del éxito o estuvieron al borde del abismo, siguiendo aquel ideal romántico del rock, ideado por Neil Young, de que era "mejor quemarse que consumirse lentamente", al "Boss" no le va ni lo uno ni lo otro. Ha elegido seguir en la cima.

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