Una señora de los pies a la cabeza, si señor.
Lúcida como pocas.
Le saludo
Chapeau! Señora.
Me descubro ante la Gran Dama de la escena, del sentido común ( hoy tan escaso), y del talento personal con la integridad de una paradigmática nobleza ante tanto exabrupto que ella denuncia de manera tan elegante como taxativa.
Le honra decir que ese mediocre, con pactos con el diablo, que es Almodovar, es un chabacano aprovechado de la estupidez y la indecencia; añado yo.
Mi admiración ante la sencilla grandeza de esta mujer excepcional.
Increible, una actriz normal que habla clarito, que no se deja sobornar por los titiriteros y que ademas tiene talento. Felicidades Amparo. Cuanto tiene que aprender la Bardem de ti.