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Las maniobras de la abuela y la tía de Letizia Ortiz, al descubierto

Las polémicas de la Casa Real engordaron esta semana con la revelación de los presuntos delitos cometidos por la familia de la princesa Letizia.

Un nuevo e inesperado frente que, junto al de Urdangarin y el calvario judicial que sobreviene, amenaza con destruir la reputación de la Familia Real. La Otra Crónica describe las maniobras de la abuela de doña Letizia, Menchu Álvarez del Valle, de 84 años, que declaró como imputada en Asturias por un presunto delito de alzamiento de bienes. También están imputados el padre de la princesa, Jesús Ortiz (62 años), y su hermana, Henar Ortiz, de 61.

La abuela paterna de Doña Letizia declaró durante 40 minutos en Cangas de Onís en medio de una gran expectación mediática. Fue la primera en hacerlo, pero no la última, ya que en próximos meses serán citados tanto el padre como la tía de la princesa. Henar no responde a las llamadas telefónicas de LOC. Sus aventuras empresariales, dice el suplemento de El Mundo, son responsables del probable descenso a los infiernos mediáticos y judiciales que se avecina para la familia.

En noviembre de 2004 Henar abrió una tienda de decoración en el centro de Oviedo, una boutique de diseño dedicada a vajillas, muebles y todo tipo de productos para el hogar, después de regentar una pequeña tienda de artesanía en Cangas de Onís. Esto ocurrió apenas seis meses después de que doña Letizia se convirtiera en princesa de Asturias.

Cuatro años más tarde, en 2008, la tienda había liquidado por cierre. La aventura empresarial de Henar fue mal desde el principio, y en el tintero se quedaron sus ambiciosos planes, que iban desde lanzar una firma propia de ropa hasta la promoción del turismo en la zona. Para compensar, Henar se concentró en el interioreismo de algunos pisos y locales de la ciudad.

Pero todo ello fue dejando deudas económicas a la familia y los proveedores han acabado llevando a la ruina a Henar. La tía de doña Letizia debe nada menos que 23.000 euros a una artesana de Mieres, un pago que Henar ha ido evitando con el paso del tiempo. Tanto es así, que se declaró insolvente para no tener que afrontarlo.

No obstante, Henar incurrió entonces en un delito de ocultación de bienes, el de su casa familiar de Sardéu. Para evitar que la casa pudiera ser embargada, los hermanos firmaron presuntamente un acuerdo en el que se convertía un bien privativo de Menchu, la madre de todos ellos. Años más tarde, con Henar metida en problemas económicos, su madre hipotecó la casa por 450.000 euros para saldar créditos de su hija, aunque la artesana siguió sin cobrar su dinero.

Henar ha sido de los pocos miembros de la familia Ortiz que han estado encantados con la atención mediática y siempre ha tratado de sacar el conveniente provecho. Su hija Claudia González pudo desfilar gracias a ello en un certamen de moda allá por 2010, informa LOC. También aceptó hace un año presidir la delegación de Ribadesella de la Asociación Española contra el Cáncer, dimitiendo apenas un mes después. Asimismo aceptó entrevistar a la viuda de Sabino Fernández Campo en una revista del corazón, y nunca más repitió. Y además ha llegado a protagonizar un cortometraje, según recopila LOC.

No obstante, su episodio más mediático hace referencia a su amistad con la baronesa Thyssen. Henar llegó a asesorar a la baronesa y con motivo de la exposición Lágrimas de Eros, tuvo la idea de vender preservativos dentro del merchandising del museo. La Casa Real fue poniendo freno a este tipo de actividades, que Henar desarrollaba encantada.

El resto de la familia es más reservada. El padre de Letizia, Jesús Ortiz, sigue trabajando para Estudio de Comunicación, pero a raíz de la boda de su hija fue nombrado Coordinador de Asuntos Internos, un puesto que hasta ese momento no existía y que parecía diseñado especialmente para eximirle del trato público.

Pero quizá la metamorfosis más notable, dice LOC, ha sido la de Telma Ortiz, la hermana de la princesa, que de ser una tímida cooperante ha pasado a esposa de Jaime del Burgo, convirtiéndos ambos en estandartes de la lucha contra la prensa del corazón. Ahora vive en Nueva York no sin antes haber perdido la demanda contra 54 medios de comunicación que osaron informar sobre ella.

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