Los casi 28 millones de euros por los que ha vendido en subasta "La esclusa", de John Constable, suponen un nuevo récord para un pintor británico del que se siente orgullosa Carmen Thyssen, para quien Francesca Thyssen es una "imbécil" que con las críticas por esta venta "sólo quiere propaganda y publicidad personal".
El precio logrado en la subasta celebrada ayer en sala Christie's de Londres revalida el récord que se logró en 1990 cuando el barón Thyssen lo adquirió por 10,8 millones de euros en una subasta organizada por Sotheby's en Londres.
"Lo compramos juntos y lo celebramos con champán y no como Francesca anda diciendo que yo lloré porque me parecía muy caro. Se trata de un cuadro que si a mi marido le hubiera interesado tenerlo en el Museo Thyssen lo habría dejado en el Thyssen, pero el quería que estuviese en mi colección", señaló a Efe la baronesa.
Carmen Thyssen salió al paso de las criticas por la venta de la obra de Constable (1776-1837) que en los últimos días le están haciendo tanto la hija del barón, la archiduquesa de Habsburgo, como Norman Rosenthal, quien el pasado día 2 presentó su dimisión como patrono de la Fundación Colección Thyssen, cargo para el que había sido nombrado por Francesca, que tiene derecho a dos puestos.
"Mi marido nunca le tuvo ningún respeto a este señor. Le vio una única vez en su vida", afirmó Carmen Thyssen, refiriéndose a Rosenthal, para quien las críticas de Francesca Thyssen no tienen sentido si se tiene en cuenta que ella vendió varios cuadros de su padre.
"Ella tenía unos veinte cuadros de artistas americanos y a los seis meses de fallecer mi marido los vendió todos en una subasta celebrada en Nueva York. Yo seguí la subasta por teléfono y compre uno de estos cuadros que me interesaba, y que hoy en día está colgado en el Museo Thyssen", aseguró la baronesa durante la entrevista con Efe.
Al cabo de un tiempo, recordó Carmen Thyssen, "vendió seis cuadros impresionistas de la colección de mi marido. Yo seguí la subasta, pero no me interesaron y no los adquirí, pero ella los vendió".
La baronesa ha insistido en que Francesca "no tiene cuadros, ella es una galerista que representa a artistas modernos como Los Carpinteros" y ha señalado que tiene como consejero de arte a Norman Rosenthal, "cuya labor, para acabar representando arte de Los Carpinteros, no ha sido muy lucida"
"Los dos están todo el día criticándome.¡Que dejen ya de hacerlo!", subrayó.
Carmen Thyssen ha desmentido también las afirmaciones de Francesca Thyssen respecto a que se encuentra negociando de forma privada la venta de una obra de Guardi y otra de Lyonel Feininger.
"Es un cuento chino que se ha inventado. No se puede hablar de tonterías. Los cuadros están colgados en el museo. El 'feininger' al que se refiere lo presté para una exhibición en Nueva York, donde estuvo presentado maravillosamente bien", afirmó la baronesa, quien se preguntó sobre el por qué Francesca no la deja "en paz".
Por otra parte, Carmen Thyssen, que espera que el puesto que ha dejado vacante Rosenthal sea ocupado por Alexander, uno de los hijos del barón que ya fue patrono del Thyssen, se mostró orgullosa por el hecho de que el Museo Carmen Thyssen de Málaga registre ganancias al cabo de algo más de un año de su apertura.
"También tenemos ganancias en el Museo Thyssen de Madrid, y creo que esto se debe a una buena gestión", señaló la baronesa que se mostró muy agradecida con Ramón Tamames, quien hoy afirma en el diario La Razón que ella ha hecho por el arte más que Felipe IV.
"Estoy muy complacida y le mando un fuerte abrazo. Me gusta que una persona como él sienta hacia mi una admiración. Se lo agradezco mucho", afirmó.