El recién estrenado marido de Telma Ortiz, Jaime del Burgo publicó el domingo en El Mundo un artículo atizando a los 'paparazzi', a las agencias que compran fotos de famosos que no quieren serlo y a los medios que las publican.
El hijo del expresidente del PP de Navarra, Jaime Ignacio del Burgo, comienza su artículo refiriéndose a la Constitución y a los límites que establece "frente a las libertades de pensamiento, expresión, creación artística o cátedra: el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia". El empresario dice que el Artículo 20 es "diáfano" pero que la Justicia "lo ignora". El marido de Telma Ortiz dice que "lo sabe" porque "ve las cosas desde fuera" y visita España "tras períodos prolongados de ausencia".
La rajada de Jaime del Burgo continúa por Internet, un "vomitorio público"; por Wikipedia, "creada por analfabetos enciclopédicos", y por los medios basura. Después, el articulista se pone el traje de un Ortega y Gasset del siglo XXI y analiza las "revoluciones del progreso", comenzando con la industrial –"que se saldó con millones de personas explotadas y un ecosistema atacado de manera artificial por primera vez en la Historia"- y acabando en la "tecnológica" contemporánea. El empresario expone cifras de lo que él llama "mercadeo de información" confidencial y critica a Facebook, un "patio de vecindad".
Después, Jaime del Burgo dice que "en España la crónica social funciona como una mafia", agregando que "el soborno mueve al ‘paparazzi’", tipos que no son "Bresson o Seymour", sino "zarrapastrosos".
Se amparará en la Justicia internacional
Concluyendo, del Burgo saca las garras por su esposa, que "ha hecho lo imposible en defensa de su derecho al honor, a la intimidad y a su propia imagen". El hijo del expresidente del PP navarro dice que Telma Ortiz ha sido acosada y que, incluso, le han llegado a decir: "Ya sé que te estoy destrozando la vida". "Ahora ya no estará sola en la defensa de su derecho constitucional, aunque nos lleve años y terminemos pidiendo el amparo de la Justicia internacional donde la congruencia de su legislación y jurisprudencia le dará la razón, porque la tiene", concluye.