Sus memorias están a punto de salir al mercado, con el título de Por ti lo haría mil veces. Ni sus amigos sabían de su inminente publicación, y tan sólo dos amigas íntimas lo habían leído antes de ser entregado a la editorial. Isabel Sartorius es de nuevo el centro de todas las portadas del mundo del cuore gracias a un libro en el aborda el trastorno psicológico que ha superado, pero también su relación con el Príncipe Felipe.
"Con el príncipe había adrenalina, sí. No tanto entre él y yo personalmente, como en todo lo que nos rodeaba", publica La Otra Crónica del diario El Mundo. También asegura que, pese a todo, se queda con lo que vivió. "Le quería con locura pero no podía más con esa situación de tensión, de tapar la imagen continuamente para que nadie saliera dañado, ni el príncipe ni mi familia".
Felipe de Borbón ocupa, de hecho, un capítulo entero en el libro. Tal y como reconoce, lo ha incluido para que la opinión pública no piense en un posible veto de Zarzuela. Y por eso habla largo y tendido de una relación que para ella fue un "flechazo" y que califica de "especial", "profunda" y "espiritual". "A su lado tuve una sensación de hogar, como si todo el dolor que hubiese sufrido hasta entonces hubiera tenido significado... Era el príncipe de las películas, el que llega justo a tiempo para rescatarte". Le define como "Una persona pura, tranquila, llena de aplomo. Y a la vez lleno de vida y de ilusión. Era capaz de reírse a carcajadas sin perder el punto de elegancia".
Recuerda cómo le conoció. "Me llamó un amigo común para decirme que estaban organizando una cena para el día siguiente... Confieso que no me apetecía ir y que me daba una pereza enorme. Mi madre estaba en Madrid y absorbía todas mis fuerzas. De todos modos fui y me tocó al lado del príncipe. Fue un auténtico flechazo, la verdad. Esa misma noche empecé a quererle. Recuerdo como si fuese ayer esa mirada, tiene un poder especial. Te mira y entiendes quién es. Lo entiende todo. Es increíblemente humano. Así es don Felipe: el ser más humano que he conocido".
Dice que su relación le ayudó mucho: "Él me ayudó a recomponer mi mundo interior, me decía: 'Tienes que querer a la gente como es. No todo el mundo es perfecto y no todo el mundo es como tú quieres que sea. Modera'". No obstante, la presión de los paparazzi complicó mucho la relación y al final pasó factura. "El juicio constante sobre si podía o no podía ser reina, que si estaba o no a la altura, valorándome sin cesar a mí misma, a mi familia, ¡juzgando a mis padres!.. Lo escribo ahora y sin embargo me doy cuenta de que volvería a vivir la misma historia de amor otras veinte mil veces... Le quería con locura".
Además, asegura que la Reina fue un apoyo enorme para ambos, y que no fue la culpable del fin de la relación. Exculpa totalmente a los Reyes de la ruptura. Dice también que no ha hablado con Letizia sobre el libro, pero el retrato que hace de ella en el volumen es también muy positivo.
En una entrevista que publica Telva la próxima semana, Sartorius se sincera asegurando que descubrió que su madre, Isabel Zorraquín, "era drogadicta a los trece años recién cumplidos, cuando nos trasladamos a Perú... mi madre había conocido a Manuel Ulloa, que años más tarde se convertiría en primer ministro. Un día mi hermana me dijo: ‘Isa he visto a mamá meterse unos polvos bancos por la nariz’. Yo no la creí, por supuesto, hasta que poco después lo vi con mis propios ojos".
Dice Sartorius que en Perú y teniendo solo 14 años, "salía del colegio e iba a comprar droga para mi madre. ¡Imagínate! Yo era la hijastra supuestamente ideal del primer ministro de Perú, pero en realidad mi vida era un caos lleno de mentiras".
Isabel Zorraquín llegó a España muy joven, procedente de Argentina, y se casó como Vicente Sartorius, marqués de Mariño. Ella fue, precisamente, la que impulsó a Sartorius a enfrentarse al libro. No obstante, sólo cuando ésta murió, hace tres años, tomó conciencia de hacerlo.
Su relación con su madre fue tan intensa que "nos enredó por completo" y dejó en Isabel "la semilla de un trastorno que marcaría mi futuro", convirtiéndola en una persona controladora e incapaz de disfrutar. Ahora cuenta cómo superó esa dependencia para ayudar a todos aquellos que la sufren. "Los problemas ya no me tumban", asegura orgullosa.