¿Alguien piensa que el concurso no va a hacer todo lo posible para que este chico se vaya con las manos vacías?
Eso confirmará que no es un error llevar a famosetes al programa, ya que, de todas formas, se va con las manos vacías.
Lo que hay es que dejar de erigirse en juez del chaval éste: ni estamos en su piel ni nos jugamos cinco mil euros en treinta segundos todos los días ¿verdad? Ni siquiera todas las semanas o meses... o años.
Los "inmerecimientos" no son medibles en los concursos, sino en la vida diaria.
Que un supuesto estudiante de ingeniería técnica anduviese vacilante durante todos los prolegómenos del asunto sobre qué responder a la pregunta:
"Diluido en agua, ¿cuál es mejor conductor, la sal o el azúcar?"
dice, o muy poco bueno del sujeto, o muy poco bueno de la formación que recibe.
En cualquier caso, cualquier cosa que hubiese ganado habría sido inmerecida.