Más bien parece un viejo vendedor de la ONCE.
Usted de guerrero... que no lo veo, de verdad. Esquiando sí le vi una vez.
Cúantos millones tiramos en su persona sin que nos de otra cosa que fatiga verle.
¿de su yerno qué tal?, no veo que comente nada. Parece que creyó que lo de vivir a cuerpo de Rey era para toda la familia.
Ahora, cuando los traidores rojeras quieren levantar a Franco de su tumba, usted, cobarde, pelagatos, que pronunció alabanzas a su muerte en tal sitio, ahora calla como .... como un rey pasmado.
Se le ve feliz, como una perdiz
Sin mayores motivos de preocupación que ocultar, por ¿vanidad?, una pequeña herida de guerra de la famosa batalla de la Puerta...
A no ser, claro está, que ocultemos la mirada por otros motivos menos superficiales, como pueden ser el hecho de cubrir con cristal ahumado un indicio de culpa, complicidad delictuosa o un leve signo de preocupación por el futuro inmediato de su bienestar...
Manténganos informados, Majestad...
Si echamos a este esperad a ver los Largo Caballero, Azaña, Prieto, Negrin, Lerroux, etc. que nos aguardan. Y si no os lo creeis buscad en los líderes de la izquierda, los que a fin de cuentas le sostienen y los que le echaran cuando quieran, y mirad el personal; es posible que ahora sean aún peores que los de entonces.
Más que el guerrero del antifaz pareces Carlos IV. Y lo peor de este parecido es que nos vas a dejar el país como lo dejó tu "querido" ancestro.
Y es que "pensar" no es oficio de Borbones. La que estás liando por no saber oficiar de monarca. ¡Abdica ya!
Aqui debería hacer un comentario sobre su Majestad, -no obstante me freno-. Por una democracía verdadera valdría la pena luchar, por la actual, si cabe vomitar.
Del antifaz sí, pero no guerrero precisamente.
Creo que calladito está más guapo, mejor que decir tonterías como esa. Y si quiere hablar, que nos diga que pasa con su yerno.
Este comentario no tiene ídem.
nyet, este no es el sucesor de Franco, este es el perjuro a Franco, que no es lo mismo...
¡Exilio ya para este hombre y su familia de Urdangarino!
Tenga cuidado, Señor, con las comparaciones y metáforas que las carga el diablo por