El pasado lunes la unidad de operaciones especiales de la policía húngara irrumpió en el set de rodaje de World War Z, la cinta que protagoniza Brad Pitt y que se rueda estos días en Budapest, para confiscar las armas de fuego reales que iban a usar en la filmación.
La intervención de los SWAT húngaros se realizó en el set de rodaje montado en el aeropuerto, donde la Policía confiscó 85 armas de fuego totalmente funcionales, la mayoría de las cuales eran automáticas, como AK-47 y rifles de francotirador.
El problema es que las armas fueron introducidas en el país sin los permisos pertinentes ya que se alegó que eran meras réplicas. Pero en realidad se trata de armas totalmente operativas, perfectamente listas para disparar que podrían haber ocasionado una desgracia fácilmente. "Podemos confirmar que las armas fueron confiscadas en el aeropuerto", señalan Janos Hajdu y Zsolt Bodnar, el director y el subdirector de la unidad antiterrorista de la policía de Hungría.
"Esta mañana un avión privado trajo las armas a nombre de una empresa de Budapest. El transporte de armas como éstas es altamente ilegal, incluso si fueron usadas como armas del rodaje, que esperamos que no lo sean", apuntan los dirigentes de la policía húngara que están interrogando a los testigos y se encuentran ya "muy cerca de resolver esta historia de las armas de fuego".
Un nuevo contratiempo para la cinta que protagoniza y también produce Brad Pitt, a través de su compañía Plan B, que no ha sentado nada bien a la estrella. "La película ya está por encima de su presupuesto y mucho más de lo previsto. Brad está furioso", relata una fuente del equipo en declaraciones a Us Weekly.
World War Z, que en España se estrenará con el título de Guerra mundial Z, está basada en la novela de Max Brooks y dirigida por Marc Forster (Quantum of Solace, Cometas en el cielo). La película, que relata la lucha de la humanidad para hacer frente a una plaga de zombies que les coloca al borde de la extinción, se estrenará a finales del próximo año.