El cantautor norteamericano Bob Dylan (Duluth, Minnesota, 1941) se quedó un año más sin ganar el premio Nobel de Literatura. En la casa de apuestas Ladbrokers, Dylan era el favorito y su candidatura se pagaba por 5 a 1, seguido por delante del poeta sirio Adonis –6 a 1- y del novelista japonés Haruki Murakami –8 a 1-.
Sin embargo, el galardón ha recalado en un poeta sueco llamado Tomas Tranströmer, rebautizado por numerosos usuarios de Twitter como "Toma Transformer", y calificado por la crítica como "el poeta del silencio". Quizás ese mutismo literario hiciera que más de uno conociera quién es Tranströmer gracias al premio obtenido el jueves.
El nombre de Dylan como candidato al Nobel de Literatura comenzó a sonar a finales de los 70, se desinfló en la década de los 80 y volvió a coger fuerza en la segunda mitad de los 90, siendo desde entonces un habitual entre los posibles candidatos. Sin embargo, el autor de temas como Forever young o Like a rolling stone –considerada la mejor canción de la historia del rock por la edición estadounidense de Rolling Stone- se ha visto siempre superado por autores como Doris Lessing, Harold Pinter, Elfriede Jelinek, Mario Vargas Llosa o, como en esta última ocasión, Tomas Tranströmer.
Dylan no es nuevo en el mundo de los premios: el cantautor ha obtenido 11 Grammys, seis Grammys Hall of Fame, cinco Rock and Roll Hall of Fame, un Óscar a la mejor canción –por Things have changed, de la película Wonder Boys, protagonizada por Michael Douglas y Tobey Maguire-, un Globo de Oro, el Príncipe de Asturias de las Artes, un Pulitzer, la Medalla Nacional de las Artes, así como numerosos honores por parte de universidades y asociaciones. Pero en sus estanterías no figura el Nobel.
¿Merece Dylan el Nobel?. Un biógrafo de Dylan, Heinrich Detering, opina que "Dylan no necesita el Premio Nobel. Pero el Nobel sí necesita a Dylan". La mayor parte de los fans del cantautor desean que el prestigioso galardón recale de una vez en el autor de Tangled up in blue. Sin embargo, muchos otros críticos opinan que Dylan compite en parcela ajena, y que pese a la calidad literaria de sus letras, el cantautor no debería competir por un Nobel con escritores ‘profesionales’.
Pese a todo, nadie puede dudar de la calidad literaria de las letras de Bob Dylan. Evidentemente, no todo su material brilla de la misma forma, pero los versos de canciones como Simple twist of fate, It’s all over now, baby blue o Don’t think twice, it’s all right bien merecen un premio, sea literario... o no.