Uno de los nombres fundamentales de la escena de la música negra de mediados de los 60 vive hoy por hoy en una caravana y dependiendo de la caridad de los vecinos. Las drogas, los excesos y una pésima gestión financiera han hundido a Sly Stone, uno de los precursores del soul y, sobre todo, del funk.
Según informa The New York Post, el compositor, de 68 años, vive en una autocaravana que aparca en un barrio de Los Angeles y una pareja de jubilados se encarga de que tenga el plato lleno todos los días y se de una ducha de tanto en tanto.
No siempre ha vivido así. Sly Stone es considerado una de las figuras más importantes de la música popular estadounidense, especialmente en lo que se refiere al nacimiento y desarrollo del funk.
Entre finales de los 60 y mediados de los 70, junto a su hermano Freddie, se convirtió en una leyenda de la música con Sly & The Family Stone, cuyas fusiones de jazz, soul, blues, funk y rock marcaron tendencia en la época.
Sin embargo, algo se ha torcido en sus últimos años de la vida de Sly Stone. Hace tan solo cuatro años vivía en una enorme mansión con viñedos y varios vehículos en su garaje; antes vivía en una lujosa propiedad de cuatro habitaciones en Beverly Hills, la misma que una vez perteneció a John Phillips, de los Mamas and Papas.
Mientras la publicación atribuye su actual estado a una combinación de "excesos, abuso de sustancias y una mala administración financiera", el compositor asegura vivir encantado en su pequeña caravana. "Simplemente, no quiero volver a una casa fija", señala. "No puedo estar en un mismo lugar, necesito mantenerme en movimiento", explica Sly Stone, que el pasado mes de agosto lanzó su primer álbum desde 1982, I'm Back! Family & Friends, en el que reversionó algunos de los mayores éxitos de su antigua banda.