Nuestros famosos se han cansado del sol, la arena, la playa, las sombrillitas en los cócteles y el house ibicenco...y han emprendido el regreso a casa. Las vacaciones ya están pasadas de moda, y la fauna celebrity casi ha completado ese triste éxodo hasta sus (mansiones) otoñales, donde, por supuesto, nos han brindado looks desatinados y estrafalarios.
La primera en pasar por nuestro ojo crítico es la primera Dama francesa. No se equivoquen, no se trata de aquella dulce mujer de ojos verdes y pelo moreno, que conquistó a ese hombre bajito...y a todo un país. Ahora, la señora que dice llamarse Carla Bruni gasta ropajes de la parroquia, hace un par de meses que no renueva el –imposible- tinte, y deambula por las calles de París like a homeless. Y es que parece que a la exmodelo y excantante este embarazo le ha sentado como a un Cristo dos pistolas, y está que no se encuentra. La imagen es tan impactante que hemos dudado al verla si era Carla Bruni o una mujer con latas bajo su camiseta. Deseemos que todo vaya bien, y que tras el feliz parto; recupere el gusto, la figura, y readmita a su asesora de imagen.
Tampoco se libra de un buen tirón de orejas el Príncipe Felipe. Acostumbrado al halago, a los suspiros a su paso, y a los ‘qué-príncipe-guapo-tenemos’, se nos ha relajado. Y es que, a su Alteza Real le hemos pillado un poco descuidado. En Hola, podemos observar como su camisa luce más arrugas que el rostro de alguna portavoz gubernamental, cosa completamente prohibida en la corte española. Como suponemos que no es el heredero quien se encarga de su armario, le preguntamos: Felipe, hijo, ¿no tienes quien te planche?
Problemas más graves tiene Victoria Beckham, que no se solucionarán con una planchadita. O quizás sí, vaya usted a saber. Esta semana la vemos ‘luciendo’ ufana uno de sus imposibles modelitos –ojo al botín/zapato modelo torturador- pero algo ha distraído nuestra atención de los ropajes posh: Sus rodillas. Un excedente de piel, una mala circulación, o un elemento sobrenatural ha provocado que estas articulaciones se conviertan en una especie de colgajos terroríficos, de imposible descripción. A buen seguro que su cirujano está al tanto, pero mientras, el pavor es generalizado.
Y por último, un varón patrio: Miguel Ángel Muñoz, la estrella anteriormente conocida como "MAM". El hijo de la pitonisa más siniestra posa en un sarao, feliz, contento, luciendo porte y sacándole provecho a los bonos de seis meses del Holiday Gym. Todo habría sido perfecto, pero hemos detectado un pequeño detalle que afea su pose maniquiesca: el esmoquin, es de alquiler. ¡Casi!